Banca extranjera

Eduardo Carmigniani
Guayaquil, Ecuador

La decisión de las autoridades financieras -mandada a recular por mera aritmética política- que, cesando la discriminación correísta, igualaba al préstamo vía tarjetas de crédito con el resto (en cuanto a que los intereses se causan desde que el deudor lo recibe), revivió la idea de que, para frenar supuestos abusos de la banca local, debe permitirse venir a la extranjera. Como si eso estuviese prohibido.

Que venga la banca foránea está expresamente permitido. Lo demuestra el primer párrafo del art. 178 del Código Monetario: “…las entidades financieras extranjeras podrán constituir entidades financieras o establecer sucursales u oficinas de representación en el Ecuador que pasarán a formar parte de las entidades financieras en los términos reconocidos por la legislación vigente”.

¿Por qué no hay, entonces, invasión de bancos extranjeros? Obviedad es, digamos, el desinterés. Para algunos, el mercado es muy pequeño, y posiblemente tengan razón. Si a eso se agrega el ambiente regulatorio hostil hacia la banca en general (nacional o extranjera), insuflado por la demagogia del populismo financiero que campea en el paisito, hasta el más despistado entiende.

Un ejemplo: el correísmo hasta prohibió que los directores de bancos (nacionales o extranjeros) tengan acciones en empresas no financieras (Constitución, art. 312). Si un banco extranjero quisiera comprar uno local, tendría que importar directores foráneos, desconocedores del medio, y traerlos para cada sesión, o buscar aquí entre personas, en general, jubiladas o sin mayor experiencia empresarial, es decir lo opuesto a lo que aconsejan las reglas del buen gobierno corporativo. Otro ejemplo: si un grupo financiero internacional adquiriese una entidad local, tendría que deshacerse de sus operaciones en paraísos fiscales (Código Monetario, art. 183).

La inversión extranjera (incluyendo la bancaria) calcula la rentabilidad que espera midiendo el riesgo del país receptor. A propósito, nota al margen, recuerdo que Ecuador acaba de colocar bonos casi al 11 %. Uruguay, simultáneamente, al 4,37 %. Eso.

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