El español Rafael Nadal, pese a jugar cojo todo el segundo set, se clasificó para las semifinales de Indian Wells, primer Masters 1000 de la temporada, al vencer por 7-6 (2) y 7-6(2) en dos horas y 18 minutos al ruso Karen Khachanov.
Su rival en esa ronda será el suizo Roger Federer, a quien no se enfrenta desde hace año y medio. Será el duelo número 39 entre ambas estrellas.
Nadal, que aumenta a 6-0 su registro de duelos directos con Khachanov, alcanza la semifinal en el desierto californiano sin haber cedido un solo set aún en el torneo.
La estrella española mostró una gran versión de sí mismo durante el primer set y fue todo pundonor en la segunda manga, donde hizo un esfuerzo heroico para superar a su rival.
Nadal demostró ser genio y figura desde el primer momento, cuando retrasó unos segundos el comienzo del partido hasta que una señora terminó de bajar las escaleras y encontrar su asiento en el estadio.
Ovacionado en su irrupción sobre la pista, el balear contó con el apoyo del público desde el primer instante, algo que se percibió cuando cedió de primeras un 0-30 y dejó escapar el primer juego, lo que provocó que el aliento de los espectadores fuera a más.
El ruso, que restaba de forma fantástica y trataba de desplazar a su rival a la mínima, dejó su huella de primeras y parecía adaptarse mucho mejor al fuerte viento que soplaba en la pista principal del desierto californiano, colocándose con 0-2.
Aunque al mallorquín se le notaba incómodo, sacó adelante su servicio en el tercer juego y tuvo paciencia hasta adaptarse a las condiciones del partido y mientras hacía frente al saque sideral de su contrincante.
La clave llegó en el sexto juego, cuando el balear dispuso de dos bolas de rotura de saque e igualó la contienda con uno de sus golpes marca de la casa. Hecho con el control de la nave, el de Manacor se vio con más energía y precisión, aunque el de Moscú parecía tener un mazo en el brazo y firmó el 4-4 en blanco y en 72 segundos.
Resistía Khachanov, que incluso salvó cuatro puntos de set y envió el duelo a la muerte súbita.
Ahí acusó los nervios, al mismo tiempo que la sombra de Nadal parecía acentuarse. El español, tras un gran intercambio, lanzó el puño al aire y exclamó su sempiterno «¡vamos!» después de que su rival salvara hasta tres pelotas realmente complicadas.
Todo cambió en el segundo set, cuando Nadal pidió asistencia médica para tratar su rodilla derecha.
Todo el mundo presagiaba lo peor, pero el ex número uno del mundo regresó a la pista con una venda por debajo de la articulación y siguió jugando, aunque visiblemente cojo.
A pesar de ello llegó a anotarse un «break» en el quinto juego (3-2) al que el ruso no tardó en dar la vuelta (3-4). El joven de 22 años vio claro el panorama y buscó las cosquillas a Nadal, jugándole corto y tratando de que forzara aún más esa maltrecha rodilla.
Aún así, salvó una bola de set para el ruso en el décimo juego y desplegó un tremendo coraje para colocar las tablas (5-5) y forzar otra muerte súbita.
La cojera iba a más, pero Nadal fue capaz de templar su desesperación y de sobrevivir a los 17 puntos de saque directo del «Thor» ruso.
En los instantes finales, el de Manacor volvió a romper a su rival y puso la directa para medirse a Federer, aunque está por ver en qué condiciones físicas.
Antonio Martín Guirado, EFE