La SIP advierte sobre el peligro de que agresiones contra periodistas queden impunes

CARTAGENA (COLOMBIA), 30/03/2019.- La directora del Programa de Defensa Internacional y Litigios del Robert F. Kennedy Human Rights, Angelita Baeyens (i), y el director de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) de Colombia, Pedro Vaca (d), participan este sábado en el panel "En busca de justicia. EFE/ Ricardo Maldonado Rozo

Derrotar la impunidad en los crímenes y agresiones contra periodistas es fundamental para garantizar la libertad de prensa, coincidieron este sábado expertos del continente en un panel de la Reunión de Medio Año de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) que se celebra en Cartagena.

«Mientras no haya castigo para los crímenes contra los periodistas no se podrá garantizar una verdadera libertad de prensa», dijo el periodista colombiano Enrique Santos Calderón, expresidente de la SIP y del diario El Tiempo.

Santos participó en el panel «En busca de justicia. Cómo derrotar la impunidad en casos de periodistas asesinados», junto con la directora del Programa de Defensa Internacional y Litigios del Robert F. Kennedy Human Rights, Angelita Baeyens, y el presidente de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) de Colombia, Pedro Vaca.

«La impunidad tiene un montón de impactos, pero uno de los grandes, además de afectar a las víctimas de la violencia, en el caso de los periodistas es el efecto amedrentador que se da en el medio cuando un hecho de violencia queda impune», manifestó por su parte Baeyens.

Según la experta del Robert F. Kennedy Humans Rights, «uno se pregunta en qué quedan las investigaciones en qué estaban trabajando los periodistas cuando son silenciados».

«El problema de la impunidad es que se volvió un mensaje social en el que se tolera la censura y en la medida en que eso sucede se estimula la repetición», manifestó por su parte Vaca.

En su opinión, en la impunidad «se conjugan varios elementos: negligencia de operadores judiciales, desidia en la preservación de pruebas y asuntos que afectan la memoria de los casos».

En ese sentido, puso como ejemplo la decisión de un fiscal colombiano que en el año 2001 decidió deshacerse de la libreta de apuntes del periodista asesinado Julio Daniel Chaparro «porque estaba haciendo estorbo» en el archivo de la Fiscalía.

Chaparro, cronista del diario El Espectador, fue asesinado junto con el fotógrafo Jorge Torres el 24 de abril de 1991 en la localidad de Segovia, en el departamento de Antioquia, a donde habían viajado para hacer un reportaje, crimen que fue declarado imprescriptible por la Fiscalía el año pasado.

«Como hay impunidad en el sistema interno de los países muchas veces nos tenemos que refugiar en el sistema internacional», añadió el presidente de la FLIP al explicar que los casos más exitosos de lucha contra la impunidad han salido adelante con la ayuda de organismos como la SIP, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH).

El paradigma es el caso del periodista Nelson Carvajal Carvajal, asesinado en 1998 en Pitalito, en el departamento colombiano del Huila, por el cual la CorteIDH ordenó al Estado colombiano hacer un «acto público de reconocimiento de responsabilidad internacional» que tuvo lugar ayer en la reunión de la SIP.

«Justo, aunque tardío el homenaje a Nelson y su familia. Este caso reunió todos los elementos que constituyen impunidad: ineficiencia judicial, corrupción política, negligencia y corrupción policial», afirmó Santos.

Con relación al apoyo que los organismos internacionales dan a la lucha contra la impunidad, Vaca advirtió que «también hay que cuidarlos a ellos» porque «la calidad técnica de los comisionados de la CIDH esta bajando de manera increíble y con eso perdemos en términos de protección».

«Está bajando la calidad de la CIDH y eso es algo que nos debe preocupar a todos porque en la medida en que eso suceda vamos a tener menos elementos para defendernos», concluyó. EFE (I)

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