La Habana, 25 abr (EFE).- Acuciada por una grave crisis de liquidez, Cuba recurrió este jueves a la comunidad internacional para pedir respaldo activo ante el endurecimiento del embargo de Estados Unidos con nuevas sanciones que apuntan a minar aún más la complicada situación económica de la isla.
«El mundo no puede permitirse permanecer impasible mientras se convoca a destrozar a países impunemente», advirtió el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, en una rueda de prensa en la que apeló a la actuación de los Gobiernos, Parlamentos, organismos multilaterales y la sociedad civil.
Rodríguez llamó a «detener la insensatez y la irresponsabilidad» y pidió actuar «antes de que sea demasiado tarde», después de que la semana pasada EE.UU. anunciara restricciones adicionales sobre las remesas y los viajes de sus nacionales al país caribeño, así como la activación del título III de la ley Helms-Burton.
Esa disposición, congelada desde su aprobación en 1996 por presiones internacionales y en especial europeas, permite demandar ante cortes de EE.UU. a empresas que se estén beneficiando de propiedades confiscadas tras la Revolución de 1959.
Aparte de los procesos legales a los que dé pie, los expertos auguran que la aplicación del título III creará un efecto disuasorio en potenciales inversores extranjeros en la isla, que necesita de unos 2.000 millones de dólares anuales de inversión foránea directa para sostener su economía.
Desde que se anunciaron las sanciones, tanto la Unión Europea como varios países con intereses en la isla -entre ellos España, Canadá, Rusia y China- han criticado la acción de EE.UU. sin descartar posibles contraataques en respuesta a unas medidas que consideran extraterritoriales y en contra del derecho internacional.
El jefe de la diplomacia cubana mencionó hoy jueves expresamente a la Asamblea General de Naciones Unidas y también a la Organización Mundial del Comercio (OMC), a la cual ya recurrió el bloque europeo en 1996 con una demanda que podría repetirse ahora.
Más allá, según el canciller, las nuevas sanciones dañan directamente al pueblo cubano, al que «generarán carencias»; también al incipiente sector privado que con casi 600.000 «cuentapropistas» gana peso a pasos agigantados en la economía nacional, y además auguró que incentivarán la migración «irregular e insegura».
La decisión de la Administración del presidente de E.UU., Donald Trump, de endurecer el embargo financiero sobre la isla apunta a agudizar la crisis económica que ya padece el país caribeño a raíz de la compleja situación en Venezuela, su principal aliado económico, la caída de las exportaciones, la ineficiencia de las empresas estatales y los desastres meteorológicos recientes.
Tanto el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, como el exmandatario y líder del Partido Comunista, Raúl Castro, reconocieron en las últimas semanas la difícil situación financiera que se avecina y conminaron a prepararse para nuevas estrecheces a una población que aún recuerda con amargura los duros años noventa del llamado «periodo especial» tras la caída de la URSS.
El Gobierno, sin embargo, ha insistido -y hoy lo hizo de nuevo su titular de Exteriores- en que la economía de la isla está ahora más diversificada, lo que permitirá encajar mejor el golpe.
«Estoy seguro de que estas medidas, aunque tendrán un impacto probable en la economía cubana, están condenadas al fracaso, su rédito principal será generar más aislamiento a la política de EE.UU. contra Cuba. La economía cubana hoy está en mucho mejor capacidad que años atrás», reiteró Rodríguez.
En lo político, subrayó que «no podrán mover un ápice la firme determinación de resistencia de las cubanas y cubanos ni acercarán a la realidad el viejo anhelo de derrocar a la Revolución cubana y controlar los destinos de Cuba».
El canciller denunció asimismo que EE.UU. promueve una campaña diplomática de presión contra su país por su supuesto respaldo logístico y militar a Nicolás Maduro en Venezuela, una «vulgar calumnia» por la que llamó «mentiroso patológico» al asesor de Seguridad de la Casa Blanca, John Bolton, a quien conminó a presentar pruebas de sus acusaciones.
En respuesta a la «hostilidad unilateral» de EE.UU., el titular cubano de Exteriores anunció que su país responderá «con más amplitud en sus vínculos con toda la sociedad estadounidense» y también pretende reforzar las relaciones con la emigración isleña.
«Cuba se abre cada vez más a una relación seria, culta, respetuosa y enriquecedora con el pueblo de Estados Unidos», aseguró el alto funcionario.
A la pregunta de si Cuba anticipa como próximo paso de EE.UU. la reinclusión de la isla en la lista de países patrocinadores del terrorismo que elabora el Departamento de Estado de ese país, señaló que resulta difícil hacer predicciones «dentro de la irracionalidad» de las políticas de la Administración Trump hacia la isla.
«Lo más importante (…) es detener esta escalada peligrosa que no parece tener límites de sensatez, prudencia, ni siquiera de interés nacional de EE.UU.», insistió. EFE