Manoel Silva Rodrigues, el sargento arrestado en Sevilla con 39 kilogramos de cocaína en un avión de la flota presidencial de Jair Bolsonaro, realizó al menos 29 viajes en Brasil y el exterior desde 2011, varios de ellos con personal de la Presidencia, según informó el diario Folha de Sao Paulo.
Sin embargo, no siempre sus desplazamientos coincidían con la agenda del presidente de Brasil. En una nota divulgada este miércoles, la asesoría de la Presidencia afirmó que «este militar no trabaja en la Presidencia de la República y no estaría en el séquito presidencial». Y agregó que Rodrigues «pertenece al Grupo de Transporte Especial de la Fuerza Aérea Brasileña y es comisario de abordo».
El sargento formaba parte de la tripulación de un avión de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) seleccionada para apoyar al equipo de Bolsonaro en la reunión del G-20 en Japón este viernes.
De acuerdo con Folha, el 27 de febrero de este año Rodrigues también se encontraba entre los militares que acompañaron a Bolsonaro en un viaje de Brasilia a São Paulo para someterse a exámenes médicos.
También realizó otros 14 vuelos entre 2016 y 2018, cuando el presidente era Michel Temer. En enero de 2018, por ejemplo, Rodrigues estaba en el grupo que acompañó a Temer en el Foro Económico Mundial en Suiza.
Y, además, tuvo al menos cuatro misiones cuando el país estaba gobernado por Dilma Rousseff. El 6 de mayo de 2016 acompañaron a la ex mandataria en un viaje a Juazeiro do Norte (BA) y Cabrobró (PE) para visitar las obras de transposición del río São Francisco.
El presidente Jair Bolsonaro exigió este miércoles que este militar reciba un «castigo severo» y subrayó que su Gobierno no «tolerará esa falta de respeto» al país.
«A pesar de que no hay relación con mi equipo, el episodio de ayer, ocurrido en España, es inaceptable. Exigí investigación inmediata y castigo severo al responsable por el material estupefaciente encontrado en el avión» de la FAB (Fuerzas Aérea Brasileña). No toleraremos esa falta de respeto a nuestro país», recalcó el mandatario en un tuit.
El asunto también fue abordado este miércoles por el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao, quien precisó que el sargento no viajó con Bolsonaro a Japón, pero estaría en el vuelo de vuelta a Brasil.
Mourao también pidió un «castigo duro» contra el sargento, quien fue interceptado en un control policial durante la escala que realizaba en el aeropuerto de Sevilla, cuando se encontró en su maleta una cantidad de cocaína que llegaría a 39 kilos.
En una entrevista a la radio Gaucha, Mourao aseguró que las Fuerzas Armadas brasileñas no son «inmunes al flagelo de las drogas», un problema que afecta a la «sociedad como un todo», y recordó que no es la primera vez que un militar es detenido con estupefacientes.
El vicepresidente también señaló que es necesario investigar las conexiones del militar: «Una actitud de esa naturaleza no salió de su cabeza. Con seguridad existen conexiones en eso».
«Es obvio por la cantidad de drogas que estaba llevando, que no la compró en la esquina y la llevó. Estaba trabajando como mula, como mula calificada, digamos así», dijo Mourao a periodistas en las afueras del palacio de gobierno.