Investigador ve «complicada» la ratificación del pacto entre la Unión Europea y Mercosur

ARCHIVO - Esta foto del 9 de mayo del 2011 muestra banderas de la Unión Europea afuera de la sede de ls Comisión Europea en Bruselas. Bélgica demoró alrededor de un mes en notificar que había encontrado huevos contaminados con bajos niveles de insecticida, aunque los países miembros de la Unión Europea no están obligados a reportar esto "de inmediato", dijo el brazo ejecutivo de la Unión Europea el martes 8 de agosto del 2017. (AP Foto/Yves Logghe, ARCHIVO)

El proceso para ratificar el pacto entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) es «complicado» por el descontento del sector agropecuario europeo y la política interna de países como Francia, Argentina y Brasil, advirtió hoy Carlos Malamud, investigador principal del Real Instituto Elcano.

En una entrevista con Efe, el académico explicó que podrían pasar dos o tres años para que la parte comercial del acuerdo se apruebe y hasta cinco años en el caso de los aspectos de diálogo político y cooperación, pues los parlamentos nacionales y la Eurocámara deben avalar el tratado por ser de naturaleza mixta.

Aunque el acuerdo político se firmó el pasado 28 de junio, tras 20 años de negociaciones, Malamud observó que hay dinámicas políticas que entorpecerían la ratificación final del pacto, que crearía un mercado de 780 millones de consumidores y le ahorraría a Europa 4.000 millones de euros al año en aranceles.

«Hay que prestar atención al ruido que puedan provocar aquellos sectores más afectados por la firma del tratado, algunos sectores empresariales en los países del Mercosur, los sindicatos agrícolas y ganaderos en Europa», comentó.

En el caso europeo, el profesor apuntó que Francia, Polonia e Irlanda tienen sectores agropecuarios «potentes» que han cuestionado el acuerdo por ponerlos en desventaja y por el supuesto peligro que representarían la carne y otros alimentos de Sudamérica, donde no existen las mismas legislaciones sanitarias que en Europa.

El Gobierno de Francia, precisó, se ha mostrado reticente a apoyar el tratado por las recientes revueltas de los «chalecos amarillos», vinculados con la población rural.

«Una de las características del movimiento de los chalecos amarillos era los lemas antiglobalización y, de alguna manera, son los mismos que se esconden detrás de la postura de muchos sindicatos ganaderos y agrícolas franceses en contra de un tratado como este y que los afecta directamente», indicó.

Una de las principales exigencias del presidente francés, Emmanuel Macron, ha sido que Brasil se comprometa a permanecer dentro del Acuerdo Climático de París y que detenga la deforestación del Amazonas.

Sin embargo, Malamud consideró que la postura del mandatario responde más a la presión política interna que a los problemas internacionales.

«Finalmente Macron, quien tiene una política europea bastante comprometida, no creo que termine comprometiéndola por una defensa numantina en contra del tratado del Mercosur», mencionó.

Sobre la posibilidad de que las políticas ambientales del Gobierno de Brasil obstaculicen el progreso del acuerdo, el investigador comentó que dependerá de las luchas políticas internas, pues hay funcionarios y empresarios que desean expandir el área de tierras cultivadas y explotables en la Amazonia.

«Pero también es verdad que una parte importante de las élites económicas y las autoridades del Ministerio de Economía, y otras, han adoptado una política claramente aperturista y esto hace que de momento esté primando esto», señaló.

Pese a que el pacto con la UE se aprobaría en los congresos de Paraguay, Uruguay y Brasil, según el profesor, otro obstáculo sería la elección presidencial de octubre en Argentina, donde el candidato a presidente Alberto Fernández, que va junto a la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner, ha cuestionado el pacto.

«Los kirchneristas salieron a criticar el acuerdo diciendo que es malo para Argentina, que es entrega al capital internacional, y cabe esta posibilidad de que sea rechazado, aunque también habría que confiar en que, en el caso de que ganaran, una vez que estuvieran en el gobierno y sopesaran los pros y contras, terminaran ratificándolo», dijo.

Aun así, el académico confió en que los gobiernos nacionales y la UE tomarán las medidas necesarias para proteger a los sectores más vulnerables del tratado, que ya contempla plazos de adaptación más prolongados, de hasta 10 o 15 años.

También argumentó que el acuerdo tiene efectos que van más allá de lo comercial, como el compromiso de la UE con América Latina, las políticas contra la crisis climática y mejores prácticas sanitarias.

«En un marco donde las opciones multilaterales, debido a la política de Donald Trump, están siendo seriamente amenazadas, la perspectiva de Europa de insistir en las bondades y virtudes de esta política, evidentemente es muy importante», concluyó. EFE

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