Nueva noche de violencia independentista en Cataluña

Agentes de los Mossos d'Esquadra en la Gran Vía de Barcelona durante los disturbios que se están produciendo tras la concentración de miles de personas ante la consellería de Interior, este miércoles en el tercer día de movilizaciones de protesta contra las condenas a los líderes del procés. EFE/Andreu Dalmau

La región española de Cataluña vivió este miércoles una nueva jornada de protestas, con los grupos independentistas radicales incendiando contenedores y montando barricadas en las principales capitales de esa comunidad autónoma.

Mientras tanto, el Gobierno español intensificó los contactos con las diferentes fuerzas políticas y pidió la condena de esos actos, horas antes de que el presidente regional los atribuyese a «infiltrados» y reclamara su cese inmediato.

Al menos veinte personas fueron detenidas hoy en diversos puntos de Cataluña por su presunta relación con actos violentos en el marco de las diferentes concentraciones y manifestaciones en contra de la sentencia del Tribunal Supremo de España que condenó el lunes a penas de 9 a 13 años de cárcel por sedición y malversación a varios líderes independentistas, según los Mossos d’Esquadra (cuerpo de policía regional).

Además, 41 personas resultaron heridas, dos de ellas de gravedad, en las protestas de esta jornada, informó el Sistema de Emergencias Médicas (SEM).

En una rueda de prensa tras reunirse con los principales partidos con representación parlamentaria, el jefe del Ejecutivo español, el socialista Pedro Sánchez, exigió al presidente del Gobierno regional, el independentista Quim Torra, que condene los actos violentos.

Sánchez rechazó la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que supondría la pérdida del autogobierno regional, o la Ley de Seguridad Nacional, aprobada por el Partido Socialista y el Partido Popular (PP, conservador) en 2015, que ofrece al Gobierno «autoridad funcional» para dirigir las acciones que procedan «en materia de seguridad y orden público» ante una situación de interés para la nación.

Según dijo, «es muy importante que los violentos y quienes los amparan o jalean, aunque sea de palabra», se enfrenten a la «moderación» como respuesta, ya que su esperanza es que el Gobierno entre en sus «provocaciones».

En referencia a Torra, Sánchez aseguró que ningún gobernante «puede ocultar su fracaso con cortinas de humo y fuego» y le recodó que tiene el deber «moral y político» de frenar los altercados.

Como parte de lo que se ha denominado «marchas por la libertad», sin embargo el presidente regional catalán se unió al recorrido que, partiendo de distintos puntos de Cataluña, el independentismo inició hoy en diversas columnas por carreteras con el objetivo de converger en Barcelona el próximo viernes, cuando sindicatos independentistas han convocado una huelga general.

Pasada la medianoche (22.00 GMT), Quim Torra compareció en la televisión autonómica para hacer un llamamiento a la «serenidad» y a «parar ahora mismo» los actos vandálicos para evitar que los incidentes dañen la imagen del independentismo, a la vez que alertó sobre «grupos de infiltrados y provocadores» en los disturbios.

«Esto se debe parar ahora mismo. No hay ninguna razón ni justificación para un acto vandálico (…). «No debemos caer en la trampa que nos ponen (…). No toleraremos las provocaciones» por parte de unos pocos, espetó el presidente de Cataluña.

La convocatoria de los denominados Comités de Defensa de la República (CDR) reunió por la tarde a unas 22.000 personas en las calles de Barcelona, pero algunos manifestantes se dirigieron después a la consejería de Interior, donde lanzaron objetos contundentes, como piedras y botellas, y arrojaron papel higiénico a los agentes apostados alrededor del edificio, que cargaron contra los alborotadores.

Tras esta respuesta policial, varios centenares de jóvenes se dispersaron por las calles cercanas a la consejería, encendieron hogueras y levantaron barricadas.

También volcaron motocicletas y prendieron fuego a contenedores de basura, que hicieron arder coches estacionados en las proximidades, con lo que se repitieron escenas de fuego como las vividas la noche anterior.

LOS OTROS PARTIDOS PIDEN CONTUNDENCIA

Tanto el líder del PP, Pablo Casado, como el del partido Ciudadanos (liberales), Albert Rivera, reclamaron hoy a Sánchez que actúe ya y de manera contundente.

Mientras, el secretario general de la coalición izquierdista Unidas Podemos (UP), Pablo Iglesias, manifestó que apoyará al Gobierno español en aquellas medidas que incidan en la «desinflamación» y se mostró contrario a las «medidas excepcionales» que plantean Casado y Rivera, por lo que instó a Sánchez a decir si está con ellos o por el diálogo.

La ultraderecha, representada por Vox, y que no fue incluida en las reuniones del presidente del Gobierno con otras formaciones, fue más allá al considerar que ante la situación de «gravedad excepcional» en Cataluña es necesario la declaración del Estado de excepción es esa región.

LA BRECHA INDEPENDENTISTA

Mientras tanto en el seno independentista, el consejero de Interior del Gobierno regional catalán, Miquel Buch, llamó a «aislar a los violentos» para no poner en riesgo el control de la policía autonómica catalana.

Buch compareció en una rueda de prensa que se postergó, aplazó y convocó varias veces a lo largo del día, y en la que se especuló con su posible dimisión, tal y como habían pedido los grupos radicales que se enfrentaron a los policías regionales unas horas antes.

Lejos de ello, el político catalán condenó sin paliativos la violencia de lo que consideró «grupos minoritarios» de «provocadores y agitadores». EFE

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