La actriz francesa Marion Cotillard dijo hoy en Marrakech que no sabe improvisar cuando actúa, y que por el contrario prefiere «trabajar» sus personajes como «una forma de respeto hacia ellos».
Cotillard es una de las estrellas invitadas a la 18 edición del Festival Internacional del Film de Marrakech (FIFM) que ayer fue inaugurado; la actriz fue la primera en contar hoy su experiencia dentro de la sección «Conversación con», por la que en los próximos días pasarán actores como Harvey Keitel o Roberd Redford.
Cotillard compartió con el público algunas de sus experiencias y sus métodos de trabajo y resaltó que necesita investigar mucho sus personajes, informarse de su historia y su carácter si fueron seres reales o «inventarles» un pasado si son ficticios, para lo cual rellena páginas y páginas de cuadernos de notas durante cada rodaje.
La actriz, de 44 años y con una larga carrera a sus espaldas que incluye más de 50 películas, dijo que fue su educación «absolutamente libre» la que le permitió «ser quien quería ser o ser alguien distinto, sin ponerme límites», lo que según ella explica su versatilidad en la actuación.
Siempre ha admirado a los actores «camaleones», y en ese sentido dijo que su sueño absoluto sería rodar un papel sin que el espectador pudiera reconocerla.
Cotillard no rehuyó las preguntas sobre el ego de los actores en su «permanente necesidad de reconocimiento» por el público, «que nunca se satisface del todo»: dijo que durante mucho tiempo lo consideró «una patología», aunque ahora lo asume mejor después de haberlo «trabajado» mucho y haber admitido que es una certeza en el caso de los actores.
Antes de la intervención de Cotillard, los miembros del jurado dieron una rueda de prensa colectiva, en la que la actriz escocesa Tilda Swinton que tuvo las intervenciones más originales.
Pidió primero que estos festivales no sean vistos como «competiciones» entre películas, sino reuniones donde artistas de distintos lugares comparten juntos la experiencia de ver cine diverso, muchas veces óperas primas
En segundo lugar, y en respuesta a una pregunta sobre la sensibilidad «feminista» de este festival, pidió abandonar las consideraciones reductivas con que los festivales tratan a veces el cine -documentales o ficciones, feminista o machista, cine francés o cine australiano- y considerarlo simplemente películas.
No faltó la política en la rueda de prensa, y fue el director brasileño Kleber Mendonça Filho quien denunció que «los artistas son ahora atacados en Brasil»; esto -recalcó- «es triste pero al mismo tiempo es una oportunidad para hacer algo, para actuar y provocar su enfado (dijo refiriéndose al gobierno), y esto es algo que me da una gran energía», concluyó.
El festival de Marrakech, uno de los mayores de África, continuará durante toda la semana y entregará sus premios el próximo sábado, donde se conocerá el ganador de las catorce películas a concurso en la sección oficial. EFE (I)