El nuevo presidente de Argentina, Alberto Fernández, recalcó este martes que llega al poder para «convocar a la unidad de toda la Argentina» en pro del bienestar de toda la población, en especial de los más postergados, en medio de la grave crisis económica que arrastra el país desde 2018.
«Vengo a convocar a la unidad de toda la Argentina, en pos de la construcción de un nuevo contrato ciudadano social que sea fraterno y solidario», dijo el líder peronista ante las autoridades del Estado congregadas en la sesión del Congreso en la que tuvo lugar su jura del cargo y la de la vicepresidenta, Cristina Fernández.
Fernández, que sucede en el cargo a Mauricio Macri, deberá enfrentar un complicado escenario económico marcado por la elevada deuda pública, una frágil moneda nacional, la subida constante de los precios y la escalada del desempleo y los niveles de pobreza.
Para el nuevo mandatario, la fraternidad es necesaria porque «ha llegado la hora de abrazar al diferente», y la solidaridad porque en esa «emergencia social» en la que asegura está el país «es tiempo de comenzar por los últimos para llegar a todos».
«Los vengo a convocar sin distinciones a poner a Argentina de pie para que comience a caminar paso tras paso con dignidad con justicia social», subrayó, convencido de la necesidad de recuperar un conjunto de equilibrios sociales, económicos y productivos que ahora no hay.
Llamó también a abandonar el «aturdimiento» y ser conscientes de las «profundas heridas» que sufre el país y cerrar la llamada «grieta» para que no sigan sangrando.
«No cuenten conmigo para seguir transitando el camino del desencuentro», aseveró y anunció que impulsará la creación de un Consejo Económico y Social para el Desarrollo «para consensuar un conjunto de políticas de Estado para las próximas décadas».
Para enfrentar los efectos sociales de la crisis -en el primer semestre del año la pobreza afectó al 35,4 % de la población- Fernández desveló que se celebrará una reunión de trabajo por el Plan de Argentina Contra el Hambre, que estará integrada por miembros de su gabinete y de la sociedad civil, una acción para poner «fin a este presente penoso».
Entre otras medidas, el presidente anunció que rechazará el debate del presupuesto estatal para 2020 enviado al Congreso por el Gobierno saliente, convencido de que sus números «no reflejan la realidad de la economía, ni las realidades sociales ni los compromisos de deuda».
«Un presupuesto adecuado solo puede ser proyectado una vez que la instancia de negociación de la deuda haya sido completa y hayamos podido poner en práctica un conjunto de medidas para compensar la crisis», añadió. EFE