Aunque usted no lo crea

Raúl Andrade Gándara

Rochester, Estados Unidos

El inefable Mr. Ripley habría encontrado terreno fértil en nuestra querida patria, que cada semana nos permite ver a sus hijos más ilustres bajo su verdadera luz. Este domingo nos enteramos que dos delincuentes, el uno confeso pero suelto, el otro cobarde y escondido, siguen acaparando titulares de una prensa no corrupta pero sí ingenua.

En el primer caso, grandes titulares dan cuenta de la poco afortunada expedición del líder indígena Jaime Vargas en Guatemala, y de sus aún más torpes declaraciones posteriores. Se ha convertido obviamente un sujeto indeseable a nivel internacional, que debería estar encarcelado por sedicioso.

Su innegable complicidad con los destructores de Quito y demás ciudades afectadas lo señalan y lo tendrán que seguir señalando como actor, cómplice y encubridor de la barbarie de octubre, apenas advertida por un gobierno acobardado y sin autoridad, pero absolutamente clara para la gran mayoría del pueblo ecuatoriano. Su liderazgo, forjado en la violencia, el abuso y la prepotencia, caló hondo en la retina de quienes fueron maltratados, pero ante el silencio gubernamental y judicial, sigue vigente para todos aquellos que aplauden la sinrazón y la agresión como forma de vida.

Para el resto, la vergüenza y el rechazo hacia quien no representa el verdadero espíritu indígena es ya una certidumbre. Ojalá el frondoso plumaje que ostenta hoy sea utilizado de forma más digna por sus sucesores para declarar una guerra sin cuartel al primitivismo, al abuso y a la ingenuidad de sus representados.

El otro delincuente, más peligroso y rastrero, identificado también por la gran mayoría del pueblo ecuatoriano, sigue evadiendo la ley y sobretodo la responsabilidad pública gracias a una serie de mercenarios y tinterillos que lo defienden a cambio de jugosos honorarios. Sorprende también la amplia cobertura y los titulares que lo citan como si su presencia y su defensa la ejerciera personalmente y no a través de estos liborios. Algunos ejemplos:

-¡Correone recusa a los jueces!
-¡Correone acusa!
-¡Correone será candidato!

Y así por el estilo. Quizás la costumbre de la última década de citarlo a cada momento para satisfacer su ego, o el recóndito temor a su tan cacareado regreso, o finalmente la complicidad de algunos agradecidos sea la razón para seguir manteniendo en el ojo del huracán a un prófugo que le falló a su país y a sus conciudadanos en toda la línea de batalla.

Sus grandes obras se constituyeron en pretexto para viles negociados, y con refinado cinismo fueron declaradas por sí y ante sí como acuerdos entre privados, favores de campaña, extorsiones puras y simples e impunidad para los delincuentes. Su equipo de gobierno está enjuiciado, señalado y en algunos casos incomprensiblemente protegido a pesar de las múltiples denuncias en su contra.

La situación fiscal es sumamente delicada por el uso y abuso de los fondos públicos y privados para aparentar una bonanza ficticia, cuya dimensión estamos palpando diariamente. Su discurso divisionista y autoritario ha despertado seguidores extremistas en todo el espectro político. La incapacidad de dialogar es hoy una constatación que molesta y abruma.

Sus negocios internacionales resultaron terriblemente onerosos y poco honrosos, a tal punto que el misterio y el sigilo son su premisa. Su demagogia populista y su proyecto estatista tienen al Ecuador de rodillas, a tal punto que su sucesor, que hace tres años se declaraba socialista convencido, ha tenido que cambiar la dirección de la quilla hacia el Imperio norteamericano para salvar los muebles.

Sería hasta divertido por lo anecdótico recopilar las declaraciones antiimperialistas de ayer vertidas por sus acólitos y compararlas con sus efusivas felicitaciones a la reunión de hoy, calificadas como un triunfo del lcdo.

Más vale tarde que nunca dice el refrán. Hay que aplaudir la sabiduría popular, sin dejar de señalar sin embargo lo ruin que resulta para ciertos cortesanos vivir del doble discurso, y las risas burlonas de quienes lo advierten. Un alivio para el Ecuador, pero un serio revés para la fábula izquierdista.

Esas son las contradicciones de un país sin rumbo, de unos líderes sin honor, de unos gobernantes repletos de dobles discursos y una poco disimulada complicidad con la impunidad y la codicia, de una prensa sensacionalista y poco analítica, salvo honrosas excepciones, y de un público silencioso que muy poco entiende de cifras y sólo exige obras y trabajo sin entender la envergadura del problema.

Lo veremos reflejado en las próximas elecciones- ¡Aunque Ud. no lo crea !

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