Un mundo mejor

Juan Carlos Díaz Granados Martínez

Guayaquil, Ecuador

Cada país enfrenta el COVID-19 a su manera.  La mayoría de los gobiernos transfieren dinero a los desempleados para ayudarlos mientras dure esta situación.  Ecuador ha optado por hacerlo al revés.  El Gobierno Nacional presentó una propuesta inconstitucional a la Asamblea Nacional para crearles impuestos a los trabajadores y a los negocios, es decir sufrirán los innovadores, creadores y productores que generan empleo sostenible, mientras que los desempleados no reciben apoyo y el Estado alega iliquidez para inyectar a la economía. 

Esto acelerará la quiebra de ciertas empresas y emprendimientos que ya la estaban viendo difícil antes de ese proyecto de ley, con la consecuente agravación del desempleo.  Todo para salvaguardar al centralismo.  Ese niño Estado, que administra pésimo el dinero que le damos los padres contribuyentes extorsionados y que una vez más, demuestra su ineptitud.

Lo bueno de esto es la concientización.  Exigiremos un Estado pequeño y eficaz.  Quedó comprobado que requerimos un nuevo modelo de seguridad social y de salud pública que beneficie a la ciudadanía, en lugar de un botín político. 

Estamos obligados a replantear el modelo con el que nos gobiernan, la forma en la que nos transportamos, comerciamos, la energía que usamos y la elevada presión tributaria que pagamos.  La importancia de facilitar la formalización de los negocios eliminando trámites y subsidios a los combustibles.  El modo de hacer política, cómo trabajamos, nos comunicamos, educamos e interactuamos. La necesidad de atraer inversiones con políticas serias. La urgencia de un sistema judicial que sancione a los corruptos que robaron del sector público el dinero que hoy escasea.

El COVID-19 es una enfermedad que impulsa la reflexión.  Nos solidariza y humaniza.  Muestra que de los actos individuales depende un mundo globalizado. 

Tiempos interesantes.  Hasta que se encuentre la vacuna y puedan aplicarla a todos, tendremos que cuidarnos y cambiar nuestra forma de vivir.  La humanidad será mejor como consecuencia del COVID-19.   Sólo así los fallecimientos, sufrimiento y humillación que hemos padecido tendrán sentido.

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