Bolsonaro responsabiliza a alcaldes y gobernadores de la crisis creada por el COVID-19

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El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, dijo este Primero de Mayo que le gustaría que todos los brasileños «volvieran a trabajar», en un nuevo recado hacia los gobernadores y alcaldes del país por las medidas de aislamiento social decretadas para frenar el coronavirus.

«Me gustaría que todos volvieran al trabajo, pero no soy yo quien decide esto. Son los gobernadores y alcaldes», dijo el mandatario este viernes en una transmisión en directo a través de las redes sociales de la diputada federal Beatriz Kicis.

El líder ultraderechista dijo estar seguro de que «brevemente» Brasil «volverá a la normalidad», a pesar de que la pandemia está acelerando y aún no ha llegado a su pico en el país, previsto para las próximas semanas, según cálculos del Ministerio de Salud.

Bolsonaro, que acostumbra a menospreciar la gravedad del virus y defiende el fin de las cuarentenas, de las que dice que son un «crimen», mantiene un duro pulso con los gobernadores y alcaldes del país, que tienen la competencia para imponer cuarentenas en sus territorios, de acuerdo con la Constitución.

Las medidas de distanciamiento social rigen, con mayor o menor grado, en los 27 estados del país y son recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en alguna ocasión Bolsonaro ha llegado a deslegitimar porque su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, «no es médico».

Sin embargo, el jefe de Estado ha exigido en varias ocasiones la reapertura de las comercios porque, según dice, el desempleo también «provoca muertes» e insiste en que «la economía no puede parar».

El gobernante se lavó las manos y responsabilizó esta semana a gobernadores y alcaldes del aumento de las muertes por COVID-19, que en Brasil ya llegan a 6.329, con 91.589 casos confirmados.

«Ellos tienen que responder. Ustedes no van a cargar en mis espaldas esa cuenta», dijo a los periodistas días atrás.

Según las estimaciones del Gobierno de Sao Paulo, el estado brasileño más golpeado por el COVID-19, con 2.511 muertes y 30.374 contagios, el número de muertos por coronavirus sería diez veces mayor en la región sin medidas de aislamiento.

Ante el agravamiento de la crisis, algunas ciudades del estado de Maranhao, en el nordeste de Brasil, serán las primeros del país en adoptar, a partir del próximo día 5, medidas de confinamiento total de la población («lockdown»).

Un grupo de simpatizantes de Bolsonaro volvieron este viernes a marchar con sus vehículos por el centro de Sao Paulo para protestar contra las medidas de distanciamiento impuestas por el gobernador Joao Doria, con quien el mandatario ha cruzado graves descalificaciones durante la crisis del coronavirus.

Los seguidores del presidente ultraderechista bloquearon de nuevo una pequeña parte de la Avenida Paulista, en el centro de la ciudad, vestidos con banderas de Brasil, y acusaron a Doria, uno de los líderes del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB, centro-derecha), de «comunista».

«Las personas necesitan trabajan. Los comercios están quebrando. Las personas se están quedando sin empleo y el hambre va a tocar en la puerta de todo el mundo», dijo a Efe Fernando, profesor en Sao Paulo.

Durante la concentración, algunos manifestantes discutieron con personas ajenas a la protesta partidarias del confinamiento como fórmula para contener la pandemia. EFE (I)

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