Twitter impugnó un mensaje publicado el pasado 13 de marzo por el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Zhao Lijian y lo enlazó con información verificada que contradice sus comentarios a cuenta del origen del coronavirus.
Zhao publicó en marzo que «podría haber sido el ejército estadounidense quien llevase la epidemia a Wuhan«, tuit que se acompaña ahora de una alerta que enlaza a otra página donde se explica que la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que las pruebas sugieren que el virus tiene su origen en animales y que no fue creado en un laboratorio.
En marzo, el comentario de Zhao llevó al Departamento de Estado estadounidense a llamar a consultas al embajador chino en EE.UU., Cui Tiankai, iniciando un nuevo conflicto entre los dos países.
Las relaciones entre Pekín y Washington, ya espinosas antes de la pandemia debido a la guerra comercial, se han deteriorado notablemente a raíz de la aparición del coronavirus.
Tras aquel tuit de Zhao, el presidente de EE.UU., Donald Trump, comenzó a hablar del «virus chino» y acusó al gigante asiático de ocultar datos sobre el origen y los comienzos de la enfermedad.
La gestión del brote en sus primeros días, cuando varios médicos chinos fueron silenciados por advertir de que la enfermedad que padecían los primeros pacientes era un coronavirus, provocó cientos de críticas, y periódicos locales como la revista Caixin opinaron que algunas medidas de las autoridades podrían haber incluso facilitado la rápida expansión del patógeno.
Sin embargo, China aseguró en mayo que no supo hasta el 19 de enero cómo de infeccioso era el nuevo coronavirus, y ha rechazado en repetidas ocasiones las acusaciones de Estados Unidos de que ocultó de manera intencionada información sobre la gravedad de la COVID-19.
Asimismo, el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, declaró el domingo que Washington está llevando las relaciones con Pekín «al borde de una nueva guerra fría«, y que, además de la COVID-19, hay un «virus político» que se propaga por el país norteamericano, al que acusa de usar cada oportunidad para atacar a la potencia asiática.
Twitter utilizó el mismo procedimiento aplicado a Zhao con el presidente estadounidense el pasado martes, cuando enlazó por primera vez un mensaje de Trump con información verificada que contradecía lo que éste había publicado.
En respuesta a esto, Trump firmó este jueves un decreto destinado a evaluar si su Gobierno puede castigar a Twitter, Facebook, YouTube o Google si intentan moderar los contenidos publicados en sus plataformas, en medio de un creciente debate sobre hasta qué punto debe llegar la libertad de expresión en Internet. EFE