La Casa de México en España reabre con el arte de Castañeda y Friedeberg

Madrid.- La Casa de México en España reabre sus puertas este lunes con dos muestras de artistas mexicanos contemporáneos, Alfredo Castañeda, en el décimo aniversario de su muerte, y el octogenario Pedro Friedeberg, aún en activo, cuya obra toma paredes, suelos y hasta fachada del palacete que alberga la sede de la institución en Madrid.

Según explicó a a Efe el director de este centro cultural, Rubén Piza, la exposición de Alfredo Castañeda iba a inaugurarse el día 14 de marzo, «pero el 15 nos llevaron al confinamiento, así que hemos decidido ampliarla desde el 8 de junio al 20 de septiembre».

Recordó así el estado de alarma decretado por el Gobierno español para restringir los movimientos de personas y contener el contagio masivo del coronavirus.

Este año se cumple el décimo aniversario de la muerte de Castañeda y su familia ha querido hacerle un homenaje con esta exposición «introspectiva» y que, según Piza, «te genera una sensación de paz».

La segunda reúne obras de Pedro Friedeberg desde los años 60 hasta 2019, porque a sus 86 años, «Pedro es un artista activo que sigue produciendo; hay cosas muy contemporáneas, pero también está su obra emblema, ‘La mano silla'».

Es una ocasión única, explica Piza, para ver «dos perspectivas diferentes del arte mexicano contemporáneo, porque son dos visiones totalmente diferentes; la de Pedro sintetiza elementos universales en su obra, y usa manos, pies, quetzalcoal y elementos de la serpiente emplumada, y hasta símbolos budistas».

Ya desde la llegada al palacete de Casa de México, en la calle de Alberto Aguilera de Madrid, la fachada está decorada con mandalas; en el interior, la escalera central ya tiene una intervención con grafismos orientales, con un dibujo que sigue los peldaños y remata con un mural de unos veinte metros que cubre todo el descansillo.

«Así se genera una dimensión en perspectiva desde la propia entrada: sientes que subes la escalera y te metes en el cuarto de Pedro», explicó Piza.

Ambas exposiciones, añade, completan «una perspectiva de arte y del mundo desde una visión muy mexicana», aunque Pedro nació en Italia, y que contrasta con la de Castañeda (Ciudad de México 1930 – Madrid 2010), un pintor y poeta con el alma dividida entre sus dos tierras, España y México.

«Él manejaba en su obra muchos elementos como el agua, el mar y el océano, los temas religiosos y también familiares, porque para él eso era muy importante», según el director del centro.

En su opinión, el contraste entre ambos es «hasta de paleta de colores, entre la parte psicodélica y de brillantes en la obra de Pedro, a la de Alfredo, de neutros, otoñales y una huella de rojo que tiñe toda la muestra».

«Es una exposición muy experiencial, que tienes que vivirla más que verla», aseguró Piza.

«Organizar la exposición de Pedro en confinamiento ha sido todo un reto», confesó Piza, quien comentó que el tiempo de cierre se empleó en cumplir con las medidas sanitarias, desinfectar y limpiar todos sus espacios públicos y marcar los espacios de dos metros entre personas. EFE

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