El canciller de Ecuador, José Valencia, dimitió este miércoles de su cargo, dos días después de que renunciara el vicepresidente Otto Sonnenholzner, y que también dimitiera el Secretario de Comunicación, Gustavo Isch.
Valencia, en una rueda de prensa virtual, dijo que su renuncia no tenía relación con la salida de Sonnenholzner y que obedecía, más bien, a que consideraba que ya había cumplido su misión al frente de la Cancillería ecuatoriana.
Al ser un integrante del servicio exterior de su país, Valencia no descartó ir a alguna representación diplomática del país, pero dijo que espera que ello lo decida y anuncie el presidente de la República, Lenín Moreno.
Aseguró que su carta de dimisión ya ha sido aceptada por el presidente y prefirió no revelar quién le sucederá en el cargo, ya que, según dijo, ese anuncio debe surgir desde el Palacio de Gobierno.
Valencia recordó que «ya han pasado dos años» desde que Moreno le nombró como su canciller, en reemplazo de María Fernanda Espinosa, quien entonces pasó a ocupar la presidencia de la Asamblea General de Naciones Unidas.
El hasta ahora jefe de la diplomacia ecuatoriana dijo que su gestión se ha dirigido, sobre todo, a «fomentar las buenas relaciones del Ecuador con otros países y ampliar las relaciones bilaterales, los esfuerzos regionales y la acción del Ecuador en organismos internacionales».
Además, sostuvo que la acción de la Cancillería bajo su mando se ha basado en el desarrollo económico, la cooperación y el multilateralismo y en el enfoque transversal de la defensa de los derechos humanos, entre otros.
Destacó, sobre todo, las buenas relaciones con Estados Unidos, el principal socio comercial del país y destino de una gran parte de la migración de ecuatorianos.
Las relaciones con Estados Unidos se han fortalecido y dejado atrás el deterioro que sufrieron durante el Gobierno del izquierdista Rafael Correa (2007-2017).
Valencia remarcó que la actividad de su cartera ha estado apegada fielmente a las directrices que ha emanado el presidente de la República, quien es el responsable de la política exterior del país.
El canciller, tras remarcar en varios hitos de su gestión, insistió en que su salida no tiene una vinculación con la renuncia de Sonnenholzner.
Descartó, por tanto, que haya una crisis en el interior del Ejecutivo, aunque envió un mensaje fraterno al exvicepresidente Sonnenholzner, de quien se cree que participará en las elecciones presidenciales del próximo año. EFE