Juan Carlos I podría perder el título de rey emérito de España y partir al exilio

El rey Juan Carlos de España saluda a los reporteros al llegar al hospital privado Quirón de Madrid el martes 24 de septiembre de 2013, donde fue operado de la cadera. El rey se recupera satisfactoriamente de una nueva cirugía en su cadera, indicó el miércoles 25 de septiembre de 2013 el parte médico emitido apenas 12 horas después de la operación.(AP foto)

El rey emérito de España, Juan Carlos I, padre del rey Felipe VI, pudiera dejar de ser rey, como consecuencia de los malos manejos económicos que se van conociendo tras las revelaciones de su ex amante, Corinna zu Sayn-Wittgenstein, y la investigación abierta en Suiza sobre sus cuentas en paraísos fiscales.

Fuentes gubernamentales, citadas por el diario El PaÍS, aseguran que la Casa del Rey se inclina por la renuncia voluntaria de Juan Carlos I al título de Rey emérito como la fórmula legal más limpia y sencilla: bastaría con derogar o modificar el decreto de 13 de junio de 2014 sobre títulos y honores de la Familia Real que, seis días antes de la proclamación de Felipe VI, otorgó a sus padres el título honorífico y vitalicio de reyes, con honores análogos a los príncipes de Asturias y precedencia protocolaria tras las hijas de los Reyes.

Además, como ya hizo tras su llegada al trono, cuando excluyó a sus hermanas y cuñados, Felipe VI podría recortar la composición de la Familia Real para dejarla reducida a su esposa e hijas. Una fórmula que, como efecto colateral, castigaría injustamente a la reina Sofía.

El problema es que, según quienes le conocen, Juan Carlos I no se plantea renunciar voluntariamente al título honorífico de Rey, la única dignidad que conserva una vez que su hijo le retiró el 15 de marzo la asignación que recibía de los fondos públicos. En estas condiciones, la decisión resulta traumática, pues Felipe VI debería despojarle del título contra su voluntad, como hizo con su hermana Cristina, a la que en junio de 2015 retiró el Ducado de Palma de Mallorca tras negarse a renunciar a sus derechos dinásticos.

En los últimos días, el Gobierno de Pedro Sánchez ha multiplicado las declaraciones instando a Felipe VI a que adopte medidas de distanciamiento con su padre. Este viernes, la vicepresidenta primera Carmen Calvo insistió en que el futuro de Juan Carlos I “compete a la Casa Real”. Fuentes de La Moncloa, citadas por El País, creen que el goteo de noticias sobre la fortuna de Juan Carlos I ha vuelto la situación insostenible y que Felipe VI no puede posponer indefinidamente una decisión sin que la Monarquía sufra un desgaste.

Juan Carlos I ocupa una vivienda dentro del propio Palacio de la Zarzuela, igual que la reina Sofía, mientras que los Reyes viven en el llamado Pabellón del Príncipe, donde Felipe VI se instaló cuando aún era heredero. Sacar a don Juan Carlos del palacio y reubicarlo en alguno de los pabellones disponibles en el propio complejo de la Zarzuela sería la fórmula más sencilla y discreta, aunque difícilmente la opinión pública lo vería como un cambio. También podría mudarse a alguna de las residencias de Patrimonio Nacional, aunque ello conllevaría mayores gastos, incluida la seguridad de su nuevo domicilio.

La opción más drástica es su salida al extranjero. En más de una ocasión Juan Carlos I dijo en el pasado que nunca se marcharía de España; recordando que él nació en Roma (Italia), donde murió su abuelo, Alfonso XIII. Quienes le han frecuentado últimamente sostienen, sin embargo, que puede ser necesario.

El problema es que su marcha se podría interpretar como una fuga, aunque proclamara solemnemente que estaría en todo momento a disposición de la Justicia. Incluso si se tratara de una salida temporal y voluntaria fuera de España, sería muy difícil evitar que algunos la interpretasen como un “exilio”.

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