Anexión de territorios palestinos amenaza la paz entre Israel y Jordania

La anexión israelí de territorios palestinos de Cisjordania, por ahora sin consumar, amenaza al tratado de paz de 1994 entre Israel y la vecina Jordania, donde algunos políticos consideran que pondría en jaque la creación de un Estado palestino basado en las fronteras de 1967 y el papel de Amán en el conflicto.

El Gobierno de coalición israelí tenía previsto empezar a avanzar con la anexión el pasado 1 de julio, pero desacuerdos con Estados Unidos, con quien diseña el mapa de los territorios que pretende tomar, congelaron la tramitación de momento.

Hace un cuarto de siglo, Israel y Jordania firmaron un acuerdo con el que quedaba reconocido el papel del país árabe como guardián de los lugares sagrados islámicos y cristianos de Jerusalén Este, que junto al resto de Cisjordania, fueron ocupados por Israel en la guerra de los seis días en 1967.

«En mi opinión, la primera reacción jordana debería ser reconsiderar el tratado de paz, que fue rubricado con un objetivo: el establecimiento de un Estado palestino en territorio palestino de acuerdo con la solución de los dos Estados», dijo a Efe el exministro de Exteriores de Jordania Marwan Muasher.

Jefe de la diplomacia durante las negociaciones de paz entre ambos países iniciadas en Madrid en 1991 y también exembajador en Israel, Muasher se pregunta, si la solución de los dos estados deja de ser posible: «¿Para qué está aquí este tratado?».

«No sugiero una abolición del tratado, porque esto tendría consecuencias legales e internacionales, pero digo que tras la anexión no nos podemos comportar con Israel como lo hacíamos antes de ella», mantuvo.

Apuntó como ejemplos al acuerdo de 15 años firmado en 2016 para que Jordania importe gas desde Israel, por valor de unos 10.000 millones de dólares, y otros pactos, alertando de que «se volverán inviables porque la parte israelí estaría trabajando en contra de los intereses jordanos».

A pesar de que la anexión ha levantado mucho rechazo entre la comunidad internacional, Muasher cree que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, la llevará adelante «de una forma u otra».

Es más, ve claro que lo hará antes de las elecciones presidenciales en EE.UU., el próximo noviembre, para poder «beneficiarse» de la presencia en la Casa Blanca de su aliado, Donald Trump.

«Lo más importante es que la anexión representa una violación del principio general que gobernó el proceso de paz desde su lanzamiento en Madrid, que es acabar con la ocupación y establecer un Estado palestino», concluyó Muasher.

En esta línea, el presidente del Comité de Asuntos Exteriores en la Cámara Baja del Parlamento jordano, Raed Khazaeleh, consideró que si Israel finalmente cumple sus promesas, los jordanos apoyarían la abolición del tratado de paz.

«Existe un respaldo popular para tal opción y creo que sería un arma en manos de Jordania para utilizar en el momento oportuno si se da una violación de la soberanía del país», afirmó a Efe el legislador, al insistir en que el acuerdo no tendría «ningún valor» si la anexión se pone en marcha.

Es más, cree que «todos» los jordanos apoyan al rey Abdalá II en su rechazo público de una posible anexión y que sus esfuerzos han dado frutos a la hora de ejercer cierta presión sobre Israel.

Destacó los recientes contactos del monarca con líderes y representantes de EEUU y Europa, además de los países árabes, para advertir sobre las consecuencias de un paso de ese calibre por parte de Israel.

Sin embargo, Jordania no ha dicho claramente qué haría en el caso de que la anexión se concrete.

«Creo que habrá un choque, pero no será militar sino más bien político», dijo a Efe el analista político Labib Kamhawi.

«Anexionando la parte palestina del valle del Jordán, Israel violaría claramente sus obligaciones bajo el tratado, porque las actuales fronteras occidentales de Jordania con Palestina serían fronteras israelíes», agregó el profesor retirado de Ciencias Políticas.

En su opinión, Jordania no cancelará el tratado de paz porque «la cancelación tendría repercusiones en la región», pero podría suspenderlo junto con las relaciones diplomáticas con Israel o tomar otras medidas.

«Lo más importante es el rechazo del plan de anexión por parte de los palestinos, Jordania y el resto de países árabes, para que Israel quede aislado sólo con el apoyo de la Administración estadounidense», agregó.

Egipto, el otro país árabe que firmó un acuerdo de paz con Israel en 1979, también se ha opuesto y ha hecho frente común con Jordania, con el respaldo de la Liga Árabe. EFE (I)

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