Los Ángeles (EE.UU.), 27 ago (EFE).- Han pasado casi treinta años y ya no son jóvenes roqueros sino padres con problemas familiares, pero Keanu Reeves, de vuelta con la tercera comedia de «Bill & Ted«, cree que estos dos simplones pero simpáticos personajes siguen dando consejos esperanzadores para todo tipo de problemas.
«‘Sean excelentes los unos con los otros’ es siempre relevante«, dijo Reeves en una rueda de prensa recordando el famoso lema de «Bill & Ted».
«Supongo que ahora tiene más impacto solo por la situación en la que nos encontramos. Pero ‘sean excelentes los unos con los otros’ creo que es una muy buena idea», añadió.
Keanu Reeves se alía una vez más con Alex Winter para cruzar con humor los límites del tiempo y el espacio en «Bill & Ted Face the Music», que llega mañana a los cines de Estados Unidos bajo la dirección de Dean Parisot («Fun with Dick and Jane», 2005) y con los fichajes de Samara Weaving y Brigette Lundy-Paine para interpretar a las hijas de los protagonistas.
Secuela muy tardía de «Bill & Ted’s Excellent Adventure» (1989) y «Bill & Ted’s Bogus Journey» (1991), esta película muestra a Bill y Ted ya como cincuentones, como padres con dificultades conyugales, y como roqueros prácticamente olvidados.
Pero un mensaje del futuro les obligará de nuevo a viajar en el tiempo, ya que una profecía asegura que una canción compuesta por ellos es lo único que puede hacer que el mundo siga existiendo tal y como lo conocen.
UN DESTINO MUSICAL
«Han pasado muchos años desde que les vimos por última vez (…). Tienen hijas más mayores, está la relación con sus esposas», apuntó Reeves.
«Y siguen siendo amigos y estando juntos, pero con esta presión de su destino, de la responsabilidad de unir al mundo a través de la música», añadió.
Para lograr esa canción perfecta y soñada, Bill y Ted, de la mano de sus hijas, recorren la historia de la música y reclutan a genios como Mozart, Jimi Hendrix o Louis Armstrong.
Pero algunas de las apariciones musicales de «Bill & Ted Face the Music» no son simple artificios narrativos ya que también hay un cameo de Dave Grohl, exbatería de Nirvana y líder de Foo Fighters.
Reeves, que estaba rodando la cuarta entrega de la saga «Matrix» cuando la pandemia paralizó todas las producciones de Hollywood, opinó que para actualizar y modernizar sus personajes al siglo XXI era importante no convertirlos en caricaturas.
«Para mí es un gran honor trabajar con Alex. La manera en que compartimos nuestro sentido del humor y nos reímos en el trabajo es algo que no encuentro en ningún otro lugar. Es algo bastante extraordinario y estoy muy agradecido por ello», aseguró.
El canadiense también llamó la atención sobre la incorporación de Samara Weaving y Brigette Lundy-Paine para darle un nuevo toque a las extravagancias de Bill y Ted.
«Brigette y Samara simplemente son personas encantadoras. Y muy muy talentosas. Trajeron su entusiasmo y su arte así que fue muy divertido», detalló sobre las encargadas de interpretar a unas hijas calcadas a sus padres: hablan todo el rato al mismo tiempo, se completan las frases la una a la otra, y adoran la música por encima de todas las cosas.
Finalmente, Reeves, que en los últimos años ha triunfado con la saga de acción extrema «John Wick», destacó que la modernización de «Bill & Ted» con esta tercera entrega también se puede apreciar en cuanto a la banda sonora.
«Creo que se ve en una de las secuencias del comienzo, cuando Bill y Ted están en la boda. Ya no están tocando ‘riffs’ de Van Halen sino que han expandido su excelencia musical», indicó.
«Han seguido adelante, se han desarrollado. Y también los temas de las hijas, que usan la música en una especie de construcción de ‘mashup’ (‘collage’) como una idea muy moderna. Creo que eso trajo la película al presente», dijo. EFE (E)