Guayaquil, Ecuador
Hay películas que disfrutas, películas que olvidas en un par de días y películas que se apoderan de tu mente y te obligan a hablar constantemente de ellas como un parásito extraterrestre tratando de propagarse a través de ti.
Y así es como me siento acerca de Inherente Vice. Han pasado seis años desde su estreno y todavía no puedo sacármela de la cabeza. Curiosamente, nunca he escrito nada sobre ella en este blog. Resulta que es bastante difícil escribir coherentemente sobre un filme de detectives con como seis misterios, cada uno más ridículo que el otro.
Pero, maldita sea, voy a tratar. No sé si lo hago porque amo la cinta o porque el parásito alienígena se está poniendo impaciente, pero aquí va de todos modos. Voy a hablar de Inherent Vice haciendo todo lo posible por ser conciso y no distraerme en el proceso.
Inherent Vice es la séptima película dirigida por Paul Thomas Anderson y es algo como la oveja negra dentro su filmografía por ser considerada un tanto inaccesible. Y eso dice bastante, ¿no? Imagina lo rara que tiene que ser una película para parecer inaccesible a lado de la violenta historia del petrolero triste y esa cinta de tres horas en las que todos se pasan gritando.
Nuestro escenario es la California de 1970 y seguimos a Larry “Doc” Sportello (Joaquin Phoenix), un investigador privado hippie envuelto en una serie de misterios relacionados con la repentina desaparición de su exnovia. Mientras se adentra en el caso, Doc se topa con una extraña organización aparentemente responsable de todo tipo de tragedias y conspiraciones dentro de los Estados Unidos. Pero como está drogado todo el tiempo no podemos estar seguros de que vaya a encontrarle el sentido a todo lo que ve.
Y aquí va una frase que probablemente no me va ayudar en mi intento de hacer esta película más popular: es difícil ponerla dentro de un género. Tiene romance, cosas de detectives y drama, pero creo que podemos quedarnos con “comedia”. El filme nunca se toma en serio a sí mismo y es muy ridículo. Doc actúa básicamente como un personaje de Looney Tunes y el “misterio”, aunque interesante, es profundamente absurdo. Dependiendo a quien le preguntes, la malvada organización destruyendo la sociedad americana puede ser un cartel de drogas, un barco o un sindicato de dentistas.
Una de las cosas que amo más de la película es su elenco. Tiene suficientes estrellas de Hollywood como para poner celosa a una entrega de los Globos de Oro y todos contribuyen a la película con actuaciones memorables. Ver a Jenna Malone interpretar a una exdrogadicta contando la dulce historia de cómo conoció al amor de su vida tras vomitarle encima en el baño de una fiesta es una experiencia que no encontrarás en ninguna otra parte. Ahora imagina que tienes una película entera hecha de escenas como estas y tienes Inherent Vice (dice mientras empieza a entender por qué a tantas personas no les gusta esta película).
Pero lo que más admiro del filme es cómo no tiene miedo de hacer lo que le venga en gana. Se nota en cada cuadro cómo no tiene ningún interés en ser una película cool o aclamada. La cinematografía, por ejemplo, nunca llama atención a sí misma. No tenemos ninguna de esas tomas largas y complicadas que usan los directores para deslumbrar al público con su talento. En vez de eso, la película está llena de primeros planos, que probablemente no van a ser diseccionados en clases de cine, pero que nos permiten apreciar la producción y las sutilezas en el trabajo de los actores.
La cinta también parece bastante cómoda con su muy confusa trama. He oído a personas comparándola con The Big Sleep, pero al menos en esa película parece que están tratando de que entiendas lo que está pasando en la historia. Viendo Inherent Vice muchas veces parece que la película está confundiéndote por diversión. Esto se puede ver en los varios momentos en los que un personaje se sentará con el protagonista a explicarle el misterio solo para que un minuto después aparezca otra persona y le diga exactamente lo contrario.
No es… muy fácil de seguir pero (aceptando que esto puede sonar horriblemente pretencioso) es parte de lo que hace a la experiencia tan divertida. Se siente como esta película misteriosa y mística que puedes ver una y otra vez siempre experimentando algo nuevo. Creo que esa es al menos una de las cualidades que hace que las personas que disfrutan del filme se obsesionen tanto con él. Y eso que ni siquiera he mencionado cómo toda la trama es una metáfora sobre la vida am…