Acuerdo Israel-EAU: paso positivo a una solución más amplia

Luis Fleischman

Washington, Estados Unidos

El acuerdo de normalización de Israel con los Emiratos Árabes Unidos (EAU) ha enfurecido a los líderes palestinos, que afirman que los EAU violaron el principio establecido por la Liga Árabe de no normalizar relaciones con Israel hasta que no se resuelva la cuestión palestina». El líder de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, se ha sumado nuevamente al frente del rechazo que incluye a los grupos terroristas Hamas y la Yihad Islámica, así como a Irán, Turquía y Qatar. Sin embargo, el acuerdo cuenta con el apoyo del resto de países árabes, incluida Arabia Saudita, un país que tradicionalmente estuvo a la vanguardia de los boicots políticos y económicos contra Israel.

 Es importante destacar que los palestinos rechazaron las concesiones territoriales ofrecidas por Israel en el pasado, incluida Jerusalén Oriental y la creación de un estado palestino. El liderazgo palestino rechazó una oferta del ex primer ministro israelí Ehud Barak, otra oferta más generosa aun por parte del entonces presidente Bill Clinton, una retirada unilateral israelí de Gaza, otra oferta propuesta por el ex primer ministro israelí Ehud Olmert y finalmente rechazaron una propuesta de paz planteada por el mejor amigo que los palestinos hayan alguna vez tenido en la Casa Blanca: el presidente Obama. Los palestinos respondieron a la propuesta de este último firmando un acuerdo de unidad con Hamas e intentando remover el rol Estados Unidos en el proceso de paz por completo.

En mi opinión, esta actitud de rechazo de la Autoridad Palestina hacia estas múltiples ofertas está relacionada con su propia incapacidad para ejercer control sobre la población en los territorios palestinos. En estos territorios, Hamas es una potencia soberana en competencia que procura deponer a la Autoridad Palestina en la primera oportunidad que se le presente, tal cual como lo hizo en Gaza en 2007. Además, el liderazgo palestino está sufriendo una crisis de legitimidad como resultado de su desenfrenada corrupción y su incapacidad de responder a las necesidades de su población.  

El rechazo de los líderes palestinos a las ofertas de paz refleja una compleja realidad. Mahmoud Abbas y su establishment no desean la creación de un estado palestino pese a su aparente aspiración a tal objetivo. El difunto líder palestino Yasser Arafat bromeó alguna vez de que los israelíes aspiran a un estado palestino más que los propios palestinos. No era un chiste ni se equivocaba. El liderazgo palestino no está interesado en un estado independiente porque saben que el gobierno palestino probablemente se derrumbaría y que, incluso podría sobrevenir una brutal guerra civil. Por lo tanto, el status quo de la ocupación israelí es más conveniente para ellos, ya que continúan recibiendo dinero de fuentes extranjeras, seguridad de los israelíes y a la vez mantienen un conveniente chivo expiatorio a quien culpar por la ausencia de paz.

Por lo tanto, para Estados Unidos e Israel, recurrir a los estados árabes parece ser un paso en la dirección correcta. No estamos hablando solo de la normalización de las relaciones entre estos estados e Israel. Los estados árabes deberían ser parte de la solución de la cuestión palestina. Dado que la Autoridad Palestina no puede ejercer el control de su población disidente, y mucho menos firmar un acuerdo de paz con Israel, la soberanía sobre los territorios palestinos debe delegarse a una entidad árabe. Por tanto, creo que es necesario reactivar la opción jordana.

Una unificación en forma de confederación entre la Autoridad Palestina y el gobierno jordano podría crear una autoridad central capaz de establecer un orden que la Autoridad Palestina por sí sola no puede garantizar. Un nuevo gobierno palestino con el apoyo de Jordania podría proporcionar algo de paz y tranquilidad a los palestinos mismos que mas que conflicto y movilización no han conocido otra cosa. Un componente jordano podría proporcionar un contrapeso eficaz a las actitudes insurgentes de Hamas. Una confederación permitiría a una entidad política palestina autónoma conectarse con un área económica más grande y así reducir la dependencia de Israel y de ayuda exterior. Para los israelíes, sería más fácil retirarse de Cisjordania sabiendo que el ejército jordano sería responsable de vigilar la frontera con Israel.

A principios de 2018, el equipo de Trump trató con el presidente Abbas la idea de una confederación jordano/palestina. Abbas parecía estar abierto a la idea. A principios de 2019, Adnan Abu Amer, profesor de la Universidad de Ummah en Gaza, confirmó que israelíes, palestinos y jordanos estaban conversando sobre la idea de una confederación palestina.

Jordania se ha opuesto a esta solución desde que decidió desentenderse de la Cisjordania en 1988. Sin embargo, la incorporación de Cisjordania en forma de confederación puede mejorar la economía de Jordania, ya que es un país en gran parte subpoblado. Asimismo, Jordania puede asegurar, a través de un acuerdo con los palestinos, control total sobre la seguridad y las fronteras de la confederación. Es razonable suponer que Hamas, bajo la soberanía de Jordania, se verá disuadido de cometer actos de terror, ya que Jordania logro controlar en el pasado a los grupos insurgentes palestinos e islamistas. A la vez Gaza podría incorporarse a la confederación palestina/jordana también,

Es correcto que la monarquía Hashemita del Rey Abdalah de Jordania teme que el incremento de la población palestina en su territorio dado el pasado sedicioso de la Organización de Liberación de Palestina (OLP) a fines de la década del sesenta y principios de los anos setenta.

Primero sí hay conexiones de familia entre habitantes de la margen oriental y occidental del rio Jordán. Segundo, la OLP no es la misma que antes. Y finalmente se puede llegar a un arreglo con Egipto para que la muy indócil Gaza se incorpore a Egipto.

En los últimos años, Egipto ha endurecido su posición hacia las actividades subversivas y terroristas de Hamas, que incluyeron la construcción de túneles que unían la Franja de Gaza con la península del Sinaí y permitieron el contrabando de armas entre las dos áreas. De hecho, Hamás teme a Egipto más que a cualquier otra fuerza de la región, incluido el ejército israelí. El ejército de Egipto destruyó la mayoría de los 1.200 túneles utilizados por Hamas para el contrabando de armas a Gaza desde territorio egipcio.

Hamas se siente intimidado por la postura agresiva de Egipto. Hamas incluso aseguró a las autoridades egipcias que ya no tienen vínculos con los Hermanos Musulmanes, la misma organización que inspiró su creación. Para mantener buenas relaciones con Egipto, Hamas tomó medidas enérgicas contra los extremistas salafistas en la Península del Sinaí, una acción que provocó tensiones entre Hamas e ISIS. Es significativo que, si bien Hamas no le teme a la Autoridad Palestina ni al poderoso Israel, el grupo le teme a Egipto. Por lo tanto, Hamás puede verse limitado por el poder egipcio en la región.

Estas soluciones requieren la mediación de Estados Unidos y el apoyo de los estados árabes. Jordania y Egipto podrían intervenir para poner fin a un conflicto que ha causado tanta miseria y dolor. Jordania puede restaurar no solo la paz, sino también la normalidad, y tal vez incluso la prosperidad, al pueblo palestino. Es razonable suponer que el pueblo palestino está cansado, no solo de la ocupación israelí, sino también de los incesantes combates que no le han dado ningún resultado tangible.

  • Luis Fleischman es el autor del próximo libro en idioma ingles “El Enigma del Medio Oriente: Un estudio sociológico del proceso de paz de Oriente Medio y las relaciones árabes / israelíes a la luz de los acontecimientos actuales en la región”. También es profesor de Sociología en el Palm Beach State College y co-presidente del Centro Palm Beach para la Democracia e Investigación de Políticas Publicas

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