Brasileña Embraer defiende nuevas sociedades con Europa pero con reciprocidad

La brasileña Embraer, que ya desarrolla en asociación con empresas europeas cazabombarderos, fragatas y sistemas de vigilancia remota, entre otros, defendió este viernes nuevas sociedades similares pero que tengan reciprocidad y comprometan a Europa a comprar tecnologías latinoamericanas.

«Podemos y queremos mejorar y ampliar las actuales colaboraciones con empresas europeas pero esperamos que sean de mano doble, no solo de transferencia de tecnología», afirmó este viernes el presidente de Embraer Defensa y Seguridad, Jackson Schneider, en un seminario virtual sobre seguridad internacional.

«Queremos algo más que la simple transferencia de tecnología, como muchas veces tenemos en esos proyectos, sino también el desarrollo de nuevas tecnologías y el desarrollo de tecnologías que Europa pueda comprarle a América Latina», afirmó el ejecutivo en su intervención en la XVII Conferencia de Seguridad Internacional del Fuerte de Copacabana.

Schneider, uno de los principales conferenciantes en la última jornada de la conferencia, que se realiza en Río de Janeiro y por primera vez se celebra virtualmente por la pandemia del coronavirus, dijo que las asociaciones entre empresas europeas y latinoamericanas en el área de defensa son «plenamente posibles».

Aseguró que Embraer participa en varios proyectos estratégicos de la industria brasileña de Defensa y explicó que en los mismos, además de estar asociado con diferentes fuerzas armadas, lo está directa o indirectamente con empresas de países europeos.

ACUERDOS PARA DESARROLLAR SATELITES, FRAGATAS Y CAZAS

Citó entre tales proyectos la asociación con la francesa Thales Alenia para desarrollar sistemas de vigilancia remota y satélites para Brasil y el acuerdo con la alemana Thyssenkrupp para colaborar en el desarrollo y la construcción de cuatro fragatas para la Marina de Guerra brasileña.

Embraer, tercer mayor fabricante de aviones del mundo, también tiene un acuerdo con la sueca SAAB para desarrollar y construir la versión brasileña del cazabombardero Gripen, de los que Brasil encomendó 36 unidades con la condición de que, además de transferir tecnología, parte de las aeronaves se fabrique en el país.

«Estamos presentes en muchos países europeos. La Unión Europea está abierta para el sector. Recientemente acordamos la colaboración con un país europeo en el que puede ser uno de los contratos más importantes para el país en décadas», afirmó sin identificar el proyecto.

«Con acuerdos que incluyan no solo transferencia de tecnologías sino venta recíproca de productos, esa colaboración es posible y deseable», subrayó.

El ejecutivo señaló que Brasil está lleno de ejemplos positivos de asociaciones con empresas europeas en el área de defensa.

«Pero hay que evitar un lado negativo de esas asociaciones que es cierto tipo de arrogancia con que las europeas ven las realidades de América Latina y le ofrecen soluciones carísimas y exóticas, que muchas veces no están acordes con la realidad de la región», dijo.

De igual manera, Schneider agregó que los países de América Latina a veces pagan muy caro por equipos que no son realmente los que necesitan y que, por diferentes razones, no usarán plenamente.

«Necesitamos de una visión estratégica de largo plazo (para definir el destino de los recursos para la defensa en América Latina) y colaboración entre civiles y militares, así como una presencia internacional complementaria», indicó.

«Y esa colaboración internacional exige tener en cuenta el ‘know how’ local, tener en cuenta que en el futuro algunas dificultades políticas pueden evitar el uso de algunas de esas tecnologías en nuestros países», expresó.

Para Schneider los países de la región tienen que tener su propia industria de defensa para no tener que transferir esa necesidad a un tercer país y perder la libertad.

«Incluso países como Brasil, que tal vez no enfrenta grandes desafío de defensa, necesitan construir esa capacidad, incluso para poder negociar cómo defender sus propias posiciones en las organizaciones multilaterales», apuntó.

Agregó que pese a estar abierto a otras asociaciones con empresas de otros países, cualquier paso en ese sentido dependerá de la percepción estratégica del Estado brasileño.

«Respetamos 100 % y no nos desviaremos un centímetro de la percepción estratégica del Estado brasileño sobre lo que es mejor para el país en cuanto a defensa. Pero aclaro que me refiero a la percepción del Estado y no a la del Gobierno», concluyó. EFE

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