Tracey Emin y Edvard Munch, separados en el tiempo pero unidos en la tragedia

Londres.– La complejidad de los sentimientos sobre la pérdida, los traumas que viven en cada uno de nosotros o la representación de la mujer enlazan a través de un siglo las obras del maestro del Expresionismo Edvard Munch y de una de las grandes artistas del momento, Tracey Emin.

La Royal Academy de Londres presenta en la exposición «La soledad del alma» a dos artistas separados en su nacimiento por cien años, el noruego Munch (1863-1944) y la británica Tracey Emin (1963).

El vínculo entre los dos artistas se centra en la forma de expresar a través del arte sus trágicos acontecimientos: «La obra de Munch es el examen de la vida emocional de una manera muy intensa, al igual que Emin expresa esto en su obra», declaró a Efe Edith Devaney, responsable de la exposición en la galería de la Real Academia de las Artes.

Tracey Emin presenta a través de sus pinturas una expresión de su trágica vida interior y de su estado psicológico, marcado por los fuertes dolores que ha padecido la artista tras haber atravesado un cáncer de vejiga.

Edvard Munch, conocido universalmente por su obra «El Grito», de 1893, presenta trabajos sobre el sentido trágico que sintió en su vida relacionado con el sexo femenino.

El artista noruego vivió duros momentos representados por la muerte de su madre cuando tan solo tenía cinco años, el trágico fallecimiento de su hermana años más tarde o su compleja vida amorosa con varias mujeres.

«Emin es uno de los símbolos del arte moderno y una enamorada del artista noruego desde el inicio de su carrera», añadió Devaney.

La artista, siempre caracterizada como la «enfant terrible» del arte contemporáneo, ha atravesado un duro cáncer de vejiga por el que los médicos no la dieron más de seis meses de vida, que le supuso la extirpación del útero, trompas de Falopio, ovarios, ganglios linfáticos, parte del colón, la uretra y parte de la vagina.

A día de hoy, tras haber superado esta trágica enfermedad, la artista británica presenta en la exposición «La soledad del alma», en diálogo con uno de sus ídolos artísticos, Munch, obras que expresan fundamentalmente a través del color rojo la representación de mujeres que sufren pérdidas de sangre y dolor en la vagina.

La muestra, cuya inauguración estaba prevista para el 15 de noviembre pero fue retrasada por la cuarentena decretada en Inglaterra, ha abierto finalmente las puertas en diciembre y se prolongará hasta el próximo 28 de febrero. EFE

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