“Los socialistas son unos tarados”

Diego Montalvo

Quito, Ecuador

No hay mejor forma de terminar el año 2020 que con una frase que ha roto las mentes de los izquierdosos: “Los socialistas son unos tarados”, así es como Santiago Gangotena, fundador de la Universidad San Francisco de Quito, se ha referido a una serie de bichejos rastreros que han vuelto a irrumpir en la política estos últimos años.

Antes de la revolución industrial, que inició en 1760 (el siglo XVIII) en el Reino Unido y se extendió en Europa y culminó en la América Anglosajona entre 1820 y 1840, era prácticamente imposible la generación de la riqueza por parte del propio ser humano, la pobreza invadía casi al 98% de la población mundial. Los modelos hasta muy entrado el siglo XVIII, sobre todo en Europa, seguían siendo de carácter feudalista, así como en América. Gracias a la llegada del ferrocarril —máquina patentada por George Stephenson quien construyó la primera línea ferroviaria— se da el inicio del capitalismo. Impulsado, posteriormente, con el barco a vapor. ¿Qué quiere decir esto? Que actualmente casi no hay pobreza si se compara con la vida de hace doscientos años. Lo que hay ahora es un mal manejo de recursos por parte de los gobiernos.

Por medio del tren fue posible conectar regiones distantes y llevar productos agrícolas y ganaderos (además de transporte de pasajeros) de manera rápida y eficiente. Esta corriente trajo consigo avances industriales, tecnológicos y se dio inicio a la explotación de materias primas como el carbón y el algodón para sostener un modelo y un motor económico. Con Henry Ford se renovó la manera de reencontrarse con la riqueza y el fordismo hizo no sólo que se entienda la producción en masa sino que las fuentes de trabajo fueron abismales y la gente pudo ya trabajar por un salario.    

Con el asentamiento capitalista se puede entender, así, la división de los sectores productivos. Se crea el proletariado urbano y la burguesía industrial. Ambos sectores (impulsados por la izquierda como opuestos) son los engranajes necesarios para mover la economía. Sin una fábrica es imposible dar trabajo y sin mano de obra humana es imposible crear productos para ser consumidos por la masa. En otras palabras, el empresario da trabajo y el obrero lo acepta por un salario para sobrevivir.

Puede que todos estos breves detalles importe poco para los socialistas, pero deben entender que sin capitalismo su modelo hubiera sido un mayor fracaso todavía. Después de todo,  ¿de dónde hubieran saqueado las riquezas si los países no hubiesen generado grandes sumas de dinero anteriores a su modelo? Si el Ecuador no tuviese una moneda fuerte como el dólar, era imposible que nuestra economía aguante la Década Despilfarrada del correísmo y sus monumentales robos (70 mil millones de dólares sacados de las arcas fiscales).

Chávez se pudo mantener en el poder gracias a las importantes bonanzas petroleras que tuvo Venezuela a lo largo de su historia, por ello su gobierno es rico mientras dejó a la población sumida en la miseria, así como Castro destruyó la isla luego de que Cuba tuviera en su territorio hoteles y empresas extranjeras que solventaron la economía del país caribeño anterior a la llegada de la Revolución.   

Gangotena tiene razón: los socialistas son unos tarados. No es necesario conocer de economía o de historia para entender aquello. Este gran personaje ha sido un estudioso y un impulsador de la educación. Su modelo exitoso se basa por alejarse de la izquierda. El problema en América Latina es que escogen mandatarios responsables en tiempos de crisis (que tienen que hacer ajustes económicos) y socialistas corruptos en tiempos de bonanza (que no hacen más que robar).

Que existan élites que manejen la educación no es malo, así como existen élites culturales, periodísticas y empresariales. Cada cual tiene derecho a dedicarse a la actividad que desee y mejor si ésta rinde réditos económicos. Esa es la gran bondad de la democracia y el libre mercado. Mientras hay un candidato que representa a un grupo sólido de empresarios y está preocupado por la generación de empleo, hay socialistas como Pamela Troya que quieren ser asambleístas al escudarse en “luchas sociales” y porque tienen el hambre atrasada.

Gangotena ha sacudido los cráneos de los populistas y sus opiniones, más que acertadas en el programa Veraz, nos deja una máxima este 2020… que se ha comportado como un verdadero socialista.  

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