La República Checa afronta la tercera ola de la pandemia

 La República Checa afronta la tercera ola de la pandemia con uno de los índices de contagios más altos de Europa, un cierre parcial de la economía, un sistema sanitario que empieza a estar saturado por la falta de camas, personal e incluso jeringuillas, además de un escándalo por el trato preferencial de parientes y amigos de responsables sanitarios a la hora de recibir las primeras vacunas contra el coronavirus.

Según el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, en sus siglas en inglés), la incidencia acumulada en 14 días en la República Checa es de 1.119 casos por cada 100.000 habitantes, la segunda más alta de Europa, solo por detrás de Lituania.

Según anunciaron hoy las autoridades sanitarias checas, en las últimas 24 horas se registraron 10.854 nuevos casos, lo que supone una disminución respecto a los datos de la pasada semana, con números superiores a los 15.000 nuevos contagios diarios.

Ante el aumento de contagios, el Gobierno checo, liderado por el populista liberal Andrej Babis, ha prorrogado hasta el 22 de enero el cierre de bares y comercios no esenciales y las restricciones a la movilidad en horario nocturno, así como la educación a distancia.

Como respuesta a este anuncio, el pasado domingo se manifestaron sin mascarillas y sin distancias alrededor de 3.000 personas en Praga para protestar contra las medidas de contención de la covid-19.

Sin embargo, el aumento de los contagios está llevando, según Radio Praga, a la saturación de los hospitales, que están empezando a cancelar operaciones por la falta de camas y personal médico.

Actualmente, están hospitalizadas 7.182 personas, 1.103 de ellas en estado grave o en cuidados intensivos.

Además, la República Checa afronta la campaña de vacunación con polémica por la dimisión obligada del director del Instituto de Salud Pública, Pavel Brezovsky, anunciada hoy, después de revelarse que usó su cargo para que recibieran vacunas hasta mil de sus empleados y familiares, la mayoría de ellos fuera del grupo de prioridad, según apuntan medios locales.

Esta campaña se encara también con una falta de jeringuillas para administrar las vacunas, a la espera de entregas de suministros de material sanitario proveniente de China.

La República Checa ha registrado hasta ahora unos 866.500 contagios con el nuevo coronavirus, con 13.856 muertes en total.

Así, el país, de unos 10,7 millones de habitantes, pasó de ser uno de los más golpeados por la pandemia, después de haber gestionado muy bien la primera ola, con muy pocas víctimas. EFE

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