Bruselas muestra la «revolución» de Banksy a través de sus obras

Bruselas.- Bruselas acoge una exposición sobre el artista callejero Banksy en la que su concepto de «revolución» funciona como el telón de fondo de las 17 obras exhibidas en pleno corazón de la capital belga.

Una «revolución» simbolizada sobre todo en su obra pictórica «Love rat» y que sirve de logotipo para la exhibición que, al igual que el resto de las muestras celebradas a nivel internacional, no ha sido autorizada por el artista.

«Nunca autoriza ninguna exposición, ni siquiera en los museos, pero estamos en contacto con la sociedad que certifica todas las obras de arte de Banksy. Así que él sabe que estamos haciendo esta exposición y por eso nos pidió que especificáramos que no es autorizada», explica a Efe Ginevra, directora de la exhibición organizada por Deodato Art.

Durante años esta pinacoteca, originaria de Milán y cuyas puertas abrieron recientemente en Bruselas, ha sido capaz de aunar varias obras del archiconocido grafitero pese al aura de misterio e inaccesibilidad que le caracterizan y que ha hecho que el número de exposiciones sobre él se puedan contar con los dedos de una mano en todo el mundo.

Cada día alrededor de un centenar de seguidores de Banksy, del arte y curiosos motivados por la intriga y expectación que genera su nombre acuden para visitar las obras, explica Ginevra quien confiesa entre risas que incluso algunos han llegado a preguntar si conocen la verdadera identidad del artista.

Nada más entrar los visitantes son recibidos por «El lanzador de flores», una de los dibujos más famosos de Banksy, fragmentado en tres piezas independientes y que se pudo ver por primera vez en 2003 en las paredes de Cisjordania en Jerusalén.

«Esta obra es única porque fue la que se expuso en una tienda que creó Banksy hace dos años y que no era accesible al público», detalla la directora.

Frente a él, reposan en otra pared una reina Elizabeth caracterizada como un simio, en una clara crítica a la monarquía británica, y unos niños que juegan con un cartel que reza «prohibido jugar a la pelota», como símbolo de libertad.

Estas y el resto de las obras, expuestas hasta el próximo 22 de mayo, están disponibles para su compra.

Sin embargo, su precio, al igual que la identidad del artista, no es accesible para todos: oscila entre los 60.000 euros (unos 71.000 dólares) de la obra más barata hasta los 200.000 euros (unos 237.000 dólares). EFE

«

jop/cat/crf

Más relacionadas