Viena, 28 may (EFE).- David Alaba llega con 29 años al Real Madrid como uno de los mejores defensas del mundo y después de haberlo ganado todo en sus once temporadas en el primer equipo del Bayern Múnich.
Con fama de discreto y trabajador, nació y creció en Viena en una humilde familia de inmigrantes.
ODIABA AL BAYERN
Formado en el modesto club vienés SV Aspern, Alaba debutó en la segunda división austríaca con el segundo equipo del histórico Austria de Viena con tan sólo 15 años.
Su calidad y sus actuaciones en las categorías inferiores de la selección de Austria no tardaron en llamar la atención en 2008 de los ojeadores de uno de los grandes del fútbol europeo, el Bayer Múnich, un club que en su momento el jugador admitió haber odiado, pero que se convirtió en su casa durante más de una década.
«Odiaba al Bayern. Siempre venían a los torneos juveniles con el mejor chándal y el autobús más nuevo y se dejaban aplaudir por todos», recordó en una ocasión Alaba, que rechazó dos veces que le ficharan.
Al conocer el club por dentro cambió de opinión y destacó que era una gran familia para los canteranos, y que competir y ganar era parte de su identidad.
«Es como una gran familia, es un gran club. El Bayern tiene esa arrogancia que necesitas en el fútbol. Incluso los entrenadores juveniles te preparan antes de cada partido para que quieras arrollar al rival», explicó en otra ocasión.
UN FUTBOLISTA POLIFACÉTICO
Tras un breve paso por el Hoffenheim alemán, el polifacético futbolista, que puede jugar en varias posiciones, ya sea como central, lateral o incluso medio centro, se asentó como titular en el Bayern, consagrándose como uno de los mejores defensores de la década.
Su polivalencia se conjuga con un buen golpeo de balón con su pierna zurda y una defensa muy limpia, ya que apenas ha recibido 18 tarjetas amarillas y ninguna roja en su trayectoria en el Bayern.
En la capital bávara, donde ha jugado 431 partidos, marcado 33 goles y dado 55 asistencias, Alaba ha cosechado un palmarés envidiable, ganando dos Ligas de Campeones, diez Bundesligas, seis Copas de Alemania, además de dos mundiales de clubes.
La primera «Champions» la ganó jugando como lateral izquierdo y la segunda como defensa central.
Alaba debutó con la selección nacional el 14 de octubre de 2009 contra Francia, convirtiéndose en el jugador más joven -17 años- en hacerlo en la historia de Austria.
Suma 79 internacionalidades y 14 goles, siendo su mejor resultado la clasificación a la Eurocopa de 2016, disputada en Francia, y ha ganado en siete ocasiones el premio al mejor futbolista del país.
«SOY AUSTRÍACO»
«How do you do?» (¿Qué tal estás?), fue la pregunta en inglés que el entonces gobernador conservador de la región del Tirol, Günther Platter, le hizo a Alaba en 2012 tras un entrenamiento de la selección nacional, asumiendo que el jugador no hablaría alemán por su color de piel.
«Puede hablar alemán conmigo. Soy austríaco», le respondió Alaba para resolver el incómodo momento.
Nacido y crecido en Viena en el seno de una humilde familia multicultural, Alaba siempre quiso ser futbolista en un país donde este deporte no tiene tanta atención mediática como en otros lugares de Europa.
Pese a la fama y el éxito, Alaba siempre ha sido una persona discreta concentrada en el deporte y no ha ocultado su religiosidad. Su lema en alemán en su cuenta de Twitter es «Mi fuerza está en Jesús».
Su madre, Gina, filipina de origen, emigró a Austria para trabajar como enfermera sin saber alemán, idioma que aprendió «del contacto con la gente», según el diario austríaco Die Presse.
Su padre y representante, George Alaba, con un simbólico título de príncipe del Estado de Ogun (Nigeria), llegó a Austria en 1984 para estudiar Economía, carrera que abandonó para centrarse en su trabajo como popular DJ y cantante, ganando incluso un disco de oro.
Además, tras conseguir la nacionalidad austríaca en 1990 y tener que cumplir el servicio militar, se convirtió en uno de los primeros soldados negros de las Fuerzas Armadas del país alpino, acaparando la atención de los medios locales.
La hermana del jugador, Rose May Alaba, también ha destacado en el mundo de la música, llegando a situar canciones suyas en el número uno de las listas austríacas y ha participado en el conocido programa de talentos austríaco «Popstar». EFE (I)