Dignidad y democracia

Luis Villacrés Smith

Guayaquil, Ecuador

La última ceremonia de transmisión de mando, estuvo llena de mensajes y simbolismos, que nos animan a tener optimismo por el futuro del país y la convicción de que estamos dejando atrás, una época nefasta de la historia del Ecuador, llena de corrupción, autoritarismo, abusos, crímenes e injusticias.

Lenín Moreno no pasará a la historia como un gran presidente, ni por su popularidad o peor por sus escasas realizaciones; tampoco por haber permitido que algunas redes de corrupción de la época del correísmo, continuaran durante su gobierno. Sin embargo, debe ser reconocido por haber sido un gobernante de transición, por haberle devuelto al país, su dignidad y las libertades, en especial la de prensa; también, por haber permitido que la Fiscal de la Nación pudiera destapar la corrupción y encauzar a muchos funcionarios, entre ellos su propio ex-vicepresidente Jorge Glas y su mismísimo antecesor, Rafael Correa, que terminó condenado a 8 años de prisión.

Guadalupe Llori, recién elegida presidente de la Asamblea Nacional, en una patriótica intervención, lo calificó de día histórico, que después de más de una década, se respiraba libertad y democracia en un cambio de mando. En las cuatro ocasiones anteriores, empezando el 2007, no hubo tal. Luego, invitó a los nuevos mandatarios a inaugurar un periodo de colaboración, para procurar la solución de los graves problemas que agobian y preocupan a la mayoría de los ecuatorianos.

Se refirió concretamente a crear una cultura del encuentro y la reconciliación, para enfrentar los problemas de la nación, en materia de salud, empleo, reactivación, que permitan el buen vivir o el Suma Kawsay.  Convocó a una gran minga nacional, por la economía, ética, educación, salud, ecología y derechos humanos.  Se refirió positivamente, en favor de la inversión extranjera.

El mensaje del Presidente Guillermo Lasso fue también emotivo y tranquilizador. Quiere  encontrar consensos, con la finalidad de atraer inversiones, crear empleo y responder positivamente a los anhelos y sentimientos del pueblo ecuatoriano. La Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de la ONU, se constituye en hoja de ruta para el Ecuador.

“Nuestro reto es encontrar el centro para cosechar una alianza superior. Seamos diferentes, pero estemos conectados.  No son choques, es complementariedad y ayuda mutua.  Es Minga”.  Su primera prioridad será vacunar a toda la población y vencer la pandemia,  como una precondición para la reactivación económica.

Reconoció haber sido desde su temprana juventud, un admirador del Presidente Roldós. Terminó su discurso repitiendo las mismas emotivas palabras que él utilizó en Agosto de 1979, “Mi poder en la Constitución y mi corazón en el pueblo ecuatoriano”.

Los ciudadanos debemos sentirnos bien representados con las nuevas autoridades, por la buena voluntad y ofrecimientos de mutua colaboración. Quedó claro, que los acuerdos legislativos para elegir autoridades, se habían realizado democráticamente, sin imposiciones ni renunciamientos. Nadie está interesado en dominar o exigir cuotas de poder. Esperemos sean capaces de encontrar consensos para trabajar y progresar sin pérdidas de tiempo.

Guillermo Lasso

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