Carapaz sigue 3ro en la general, a seis segundos del 2do

El ciclista ecuatoriano Richard Carapaz (C) del equipo Ineos Grenadiers, el jinete danés de Jersey Blanco Jonas Vinegaard (L) del equipo Jumbo Visma y el jinete esloveno de Jersey Amarillo Tadej Pogacar (R) del UAE-Team Emirates en acción durante la 17a etapa de Tour de Francia 2021 más de 178,4 km desde Muret a Saint Lary Soulan Col du Portet, Francia, 14 de julio de 2021. (Ciclismo, Francia, Eslovenia) EFE / EPA / GUILLAUME HORCAJUELO

El esloveno Tadej Pogacar no dio concesiones este jueves a sus rivales y se impuso con el maillot amarillo en la cima de Luz Ardiden, por delante del danés Jonas Vingegaard y el ecuatoriano Richard Carapaz, que le acompañan en el podio provisional.

Pogacar demostró, una vez más, que es el más fuerte de este Tour de Francia y logró su tercera victoria, tras la conseguida la víspera en el Col du Portet y la contrarreloj de Laval del pasado 30 de junio.

El español Enric Mas fue cuarto en la meta y el colombiano Rigoberto Uran, que era cuarto antes de esta jornada, se quedó descolgado a tres kilómetros de coronar el Tourmalet, penúltimo puerto del día.

Uran cedió en la meta 8.58 y cayó a la décima posición de la general, sin opciones ya de podio, del que le separan más de 10 minutos, con la contrarreloj del próximo sábado como única ocasión de remontar.

El australiano Ben O’Connor heredó la cuarta posición, a casi dos minutos y medio del podio, mientras que quinto es el holandés Wilko Kelderman, 32 segundos más atrás.

Mas se sitúa sexto de la general a 10.11 del líder y a 4 y medio del podio, su objetivo en la carrera.

También ganó una posición Peio Bilbao, que se sitúa noveno a 13.48.

El Tourmalet tumba a Urán y el INEOS controla

Ùltima cita de montaña, jornada del todo o nada para los diversos aspirantes, los que pensaban que aún le podían buscar las cosquillas a Pogacar.

El esquema de la etapa calcó el de la víspera. Comienzo llano y los puertos concentrados en los últimos 60 km. Una escapada inocua se formó de inicio como resultado de mil ataques.

Pronto se vio que se trataba de un viaje a ninguna parte. Los gallos tenían cita en el Tourmalet, la madre de todas las montañas del Tour, la más mítica, 84 veces escalada, la ruta de «mal retorno» en lengua gascona. A pie de puerto, en Saint Marie de Campan, se unió a la caravana el presidente de Francia, Emmanuel Macron, habitual visitante de la zona como turista.

El Ineos marcó un ritmo en la subida que no inquietó al líder, ni a los hombres del podio, todos unidos camino de la cota de 2.115 metros de altitud. Sólo cedió el colombiano Rigoberto Urán, quien ya no pudo enlazar con los favoritos.

Mas lo intenta

El Ineos planteó la subida a Luz Ardiden (Especial, 13,3 km al 7,4) con mayoría absoluta de hombres respecto a Pogacar y el UAE. Ban Baarle, Kwiatkowski y Tao Geoghegan formaron el tren en espera de un ataque de Carapaz. El esloveno solo contaba con Majka y consigo mismo. Suficiente.

Las maniobras del conjunto británico, a años luz del potencial de sus años dorados, quedaron en agua de borrajas. El polaco Majka preparó la pista para Pogacar, y el líder soltó el primer latigazo a 3,3 kilómetros de la cima de Luz Ardiden.

Quedaron delante junto al maillot amarillo Kuus, Vingegaard, Carapaz y Mas, quien a pesar de ir sufriendo lo suyo se animó a tensar la cadena a poco más de un kilómetro de la pancarta. El español quería convertirse en heredero de los 5 españoles que han ganado en Luz Ardiden: Delgado, Cubino, Indurain, Laiseka y Samuel Sánchez, pero Pogacar no deja ni las migas. Se lo quiere comer todo.

Todos controlados. El jefe se levantó en su bici, miró a ambos lados y aceleró. Directo a su sexto triunfo, el undécimo de su gloriosa temporada. Desde lo Pirineos estiró la alfombra roja que le llevará a los Campos Elíseos de París. Es el presidente del Tour.

«Es una locura. Ha sido como un juego para mí desde que empecé el Tour y disfruto jugando. Estoy súper feliz», dijo el mejor ‘jugador’ del Tour.

Este viernes la decimonovena etapa ofrecerá otra oportunidad a velocistas y aventureros en el trayecto entre Mourenx y Libourne, de 207 km. Después del desgaste de los favoritos en la montaña pirenaica, habrá tregua en la general. EFE

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