Guayaquil, Ecuador
La crisis de Quito se convirtió en el prurito nacional. El elemento más claro de que nuestro país tiene una infección que debemos erradicar desde el fondo y esta es la corrupción. La persistencia de Jorge Yunda no representa su sola obstinación e irrespeto ante la capital del país sino la oscura manipulación de intereses y poderes para no dejar un espacio geográfico con alto valor mercadeaba en la agenda de la desestabilización.
El presidente Lasso tiene un nivel de credibilidad y aceptación que ningún contendor imaginó, sin embargo todos sabemos que esto es difícil de mantener y los círculos de Yunda apuestan a eso. A violar todo tipo de procedimiento o nivel moral y ético de servicio público con tal de ostentar el lugar y el presupuesto de la capital de Quito. Recordemos la era de Barrera y Correa, la debilidad del gobierno manifestada en la entrada de Rodas al Municipio de Quito y lo que significó para el correismo perder esa plaza.
Yunda fue removido por el concejo, el Tribunal Contencioso Electoral ratificó la validez de la remoción, pero en esa lucha de retorcer voluntades nació otro proceso judicial que rompe el suelo y permite que Yunda regrese, aunque sea temporalmente. Y es que lo que está roto aquí es el suelo del orden, del respeto a las instituciones, el suelo de la ética y el respeto a la función pública. La lanzada del agua en la cara es la gota que derrama el vaso, la respuesta ante la impotencia de un sistema que permite lo absurdo.
La manifestación en las calles fue tibia- tanto a favor como en contra-, casi como un espejo natural del desorden institucional. Mientras tanto tenemos un país que lucha por levantarse de la peor crisis económica, un presidente que da muestras claves y esperanzadoras de respeto a la silla que ocupa y una ciudadanía que quiere todo menos parálisis y caos. El discurso de latrocinio de la asambleísta Cerda finalmente será sancionado, ¿qué tanto?, esto está por verse. La corrupción debe unirnos para luchar contra ella.
Urge que la Corte Constitucional se manifieste de manera pública y concreta, que zanje la disputa y fortalezca la institucionalidad del Consejo Metropolitano, que se recuerde las razones de la remoción de Jorge Yunda, que recuperemos las herramientas para componer un sistema diseñado por mentes perversas para que impere el caos. La crisis de Quito si bien tiene a la capital en el ojo del huracán, es una crisis que afecta al Ecuador entero.