Guayaquil, Ecuador
El tono de la comunicación sube y baja y uno se desconcierta. Leonidas Iza, presidente de la CONAIE, la organización que aglutina nacionalidades, pueblos, comunidades, centros y asociaciones indígenas del Ecuador no transmite un mensaje claro de país y confunde sobre los objetivos.
El anterior presidente fue Jaime Vargas, a quien se recuerda particularmente por las escenas en el ágora de la Casa de la Cultura en Quito durante las manifestaciones contra la política de subsidio de combustible en el gobierno de Moreno, y parece que escribo cosas que sobran, que ya se saben.
Pero mientras escojo estas palabras mi atención se aleja hacia el punto medular que la representación indígena, pues nada tiene que ver la representatividad con el secuestro que se produjo ese día, así como la vejación pública hacia esas personas en el escenario, francamente asustadas con lo que pasaba, y el piedrazo en la cabeza que recibió uno de los periodistas de Teleamazonas.
La movilización de Octubre 2019 sufrió una degradación fuerte por la que la dirigencia de la CONAIE nunca recibió sanción, sino de la opinión pública que reconoció que ese grupo perdió el norte durante esos días.
Si bien sus dirigentes tienen un sistema de representatividad y de votación por delegados, sus dirigentes mal usan el alcance de dicha representatividad en sus comunicados pretendiendo expandir el radio de los intereses a los que sirven, que, como en toda situación, a veces pueden ser solo los propios.
Los pueblos indígenas ni han sido, ni son representativos de violencia. Más bien la cultura ancestral es fuente de sabiduría, de análisis, de observación, de convivencia con la naturaleza, de adaptación a los cambios más impactantes y su capacidad ha sido un ejemplo importante en la historia de la humanidad.
Es por esto que desconcierta que se persista en teñir intereses, dentro del espectro de estas comunidades, para forzar un músculo violento debilitado por las propias consecuencias de sus decisiones a la hora de plantear soluciones al desarrollo nacional.
El resultado de las elecciones de 2021 dio a Pachakutik, el brazo político de la CONAIE, un porcentaje representativo histórico dentro de la Asamblea Nacional. Ese voto es una muestra de la voluntad popular de fortalecer ideas que incluyen otros temas en la agenda nacional, quizá una agenda que moderniza el discurso y converge en cambio climático, protección de recursos como el agua y el medio ambiente en general, igualdad de participación, entre otros, pero no para fortalecer una agenda fácilmente sustituible por el círculo a cargo.
En esta línea de ideas, si lo que se busca es ser escuchado y llegar a acuerdos en función de los intereses reales del grupo representado, desentona una disputa basada en la hora y día de reunión porque entonces, pareciera más un manejo caprichoso del tema y no una necesidad de acuerdo.
En esta tónica, el país no necesita la manipulación de causas sino convocar, unir y fortalecerse para que el desarrollo sea mancomunado y podamos mejorar la calidad de vida de, absolutamente, todos.