Diferencias en Gobierno italiano complican batalla por el Quirinal

- Dos agentes de policía observan la bandera italiana y la de la Unión europea (UE) a media asta, este martes en el Palacio del Quirinal, en Roma (Italia). El presidente del Instituto Superior de Sanidad (ISS), Silvio Brusaferro, aseguró hoy que se ha llegado "al pico" en la curva de los contagios y que se mantendrá la tendencia aún en plano durante algunos días para después empezar a bajar. EFE/ Angelo Carconi

Roma.- Las diferencias en la mayoría que sustenta el Gobierno de Mario Draghi, cada vez más visibles, complican la elección de un candidato de consenso para ocupar la jefatura del Estado italiano, con los partidos afilando sus estrategias para el inicio de la batalla en el Parlamento, el próximo 24 de enero.

Draghi es el candidato con más peso para sustituir al actual presidente de la República, Sergio Mattarella, pero también es el «pegamento» que une al Ejecutivo y si abandona su timón en este momento, en medio del programa de reformas necesarias para conseguir los millonarios fondos europeos, Italia podría salir muy malparada.

Las últimas discrepancias, que van desde las medidas anticovid a la energía nuclear, han dejado claro que la heterogénea coalición gubernamental, formada por todos los partidos políticos menos el ultraderechista Hermanos de Italia, puede resquebrajarse en cualquier momento.

SALTAN LAS ALARMAS

«La Liga tiene la intención de permanecer en el Gobierno, con Mario Draghi en el Palacio Chigi -sede del Ejecutivo- para completar el trabajo», han asegurado en las últimas horas fuentes del partido ultraderechista que lidera Matteo Salvini después de que saltasen las alarmas en el último Consejo de Ministros, el pasado miércoles.

En esa reunión, que aprobó medidas controvertidas como la vacunación obligatoria para mayores de 50 años o el regreso a la educación presencial, la Liga llegó a amenazar con dejar el Gobierno, según los medios locales.

Salvini se opone tajantemente a la obligación de vacunarse para todos, una medida que quiere Draghi desde hace meses, mientras que el ex primer ministro Enrico Letta, el secretario general de la principal formación progresista del país, el Partido Demócrata (PD), la ha pedido públicamente.

Al final, se llegó a un acuerdo, pero Draghi salió «tocado» de la reunión, aseguran los expertos, hasta el punto de que no compareció para explicar unas medidas muy polémicas entre la población, como la de imponer multas de 100 euros a los mayores de 50 que no se vacunen: «¿Ese es el precio de nuestra salud?», se han preguntado varios enfermeros en redes sociales.

DRAGHI, LA INCERTIDUMBRE

Así las cosas, los partidos del Gobierno dan por hecho que Salvini abandonará la coalición del Gobierno si Draghi finalmente se marcha al Palacio del Quirinal, la sede de la jefatura del Estado, mientras desde fuera de Italia llegan mensajes para que el primer ministro permanezca en su puesto que van desde el presidente francés, Emmanuel Macron, a la banca de inversión Goldman Sachs.

Pero las diferencias en el Gobierno están colocando en una difícil posición a Draghi y Letta quiere hacerle presidente con una compleja partida que no todos apoyan en su partido y para la que necesitaría una figura con una amplísima mayoría difícil de encontrar. Los medios barajan los nombres de tres ministros: Luigi Di Maio (Exteriores), Dario Franceschini (Cultura) y Giancarlo Giorgetti (Desarrollo económico).

«Draghi es un activo importante para este país. Puede ser presidente de la República y del Consejo (de ministros). Si se queda en el Palacio Chigi, hay que darle agilidad política y continuar la legislatura hasta 2023. Nadie en el Parlamento quiere terminar la legislatura», ha asegurado por su parte Matteo Renzi, el ex primer ministro y líder de Italia Viva (IV), una escisión del PD que puede ser decisiva en las votaciones.

Un total de 1.009 grandes electores (630 diputados, 321 senadores y 58 representantes regionales) decidirán: para salir elegido en las tres primeras votaciones se necesitan 673 votos, pero a partir de la cuarta vale con una mayoría simple de 505.

BERLUSCONI, EL PRESIDENTE IMPROBABLE

A la cuarta votación se aferra el otro nombre que suena estos días, el del incombustible Silvio Berlusconi, un presidente improbable, pero no descartable en la siempre sorprendente política italiana.

El tres veces ex primer ministro conservador «puede representar la unidad nacional. Sería el mejor garante para Italia y para Draghi», asegura su «mano derecha» y coordinador de Forza Italia (FI), Antonio Tajani, para quien «existen las condiciones para que sea elegido».

Además de los votos conservadores, están «los del grupo mixto que serán decisivos. Luego habrá que ver lo que hará Renzi», añade en alusión al líder de IV, quien en los últimos tiempos ha votado en más de una ocasión con el partido de Berlusconi y sus aliados.

Será el próximo viernes cuando se reúnen los líderes de centroderecha -Berlusconi, Salvini y Giorgia Meloni, de Hermanos de Italia- para lanzar (o no) la candidatura del «Cavaliere», tras días de silencio de sus aliados.

«La coalición no está en peligro», afirma Tajani, aunque Salvini se ha mostrado partidario de convocar una mesa de diálogo nacional para debatir método y candidato y, además, en las últimas horas sale a la luz un primer nombre del ala conservadora más allá de Berlusconi: su exministro de Exteriores Franco Frattini. EFE

mr/ah

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