El presidente sudafricano dice que la situación de su país es «insostenible e inaceptable»

Cyril Ramaphosa.

El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, admitió que la situación socioeconómica del país -con el paro disparado y altos niveles de pobreza y desigualdad, entre otros- es «insostenible e inaceptable», al pronunciar hoy un discurso sobre el estado de la nación de tono muy duro y plagado de promesas.

«Si hay algo en lo que todos estamos de acuerdo es en que la presente situación -de profunda pobreza, desempleo y desigualdad- es inaceptable e insostenible», reconoció el mandatario en el acto que inaugura oficialmente el nuevo curso parlamentario (tras el verano austral) y que sienta el tono de la futura agenda política para el país.

En esta ocasión, el discurso sobre el estado de la nación se esperaba con gran expectación ya que, además de los graves problemas con los que el Gobierno de Ramaphosa viene lidiando sin grandes éxitos desde 2018, por primera vez en la historia de la democracia los miembros de las dos cámaras del Parlamento no recibían al presidente en el edificio Asamblea Nacional (Cámara baja).

El recinto que servía de sede a esa institución quedó completamente arrasado en un gran incendio a comienzos de este año y, por ello, la cita de este año tuvo que ser celebrada en el Ayuntamiento de la capital del poder legislativo sudafricano, Ciudad del Cabo.

«Para muchos, lo que pasó en el Parlamento habla de la amplia devastación en nuestra tierra», señaló Ramaphosa.

En uno de sus discursos más autocríticos hasta la fecha, el mandatario hizo un duro repaso de las profundas dificultades que atraviesa el país y que impiden mejorar los indicadores socioeconómicos, desde la lenta lucha contra la corrupción hasta la grave crisis eléctrica que somete periódicamente a los sudafricanos a cortes de luz.

También aceptó la culpa del Gobierno por el estallido de disturbios y saqueos que Sudáfrica vivió en julio de 2021 (con 354 muertos y millonarias pérdidas económicas), tal y como determinó recientemente un panel de expertos que estudió los incidentes a petición de la Presidencia.

«El informe (del panel) concluyó que el manejo inicial de los eventos de julio de 2021 fue torpe, la planificación de las operaciones de la policía fue mala, pobre la coordinación entre los servicios de seguridad estatal y de inteligencia», enumeró.

«Es una responsabilidad que reconocemos y aceptamos», agregó, tras admitir que la pobreza y la desigualdad están en la raíz de la «desesperación» que causó los disturbios.

Junto al listado de problemas, Ramaphosa volvió a prometer soluciones y nuevos planes económicos para el país, con estrategias que abarcan desde revisar la legislación para empezar a producir cannabis de manera «industrial» hasta aprovechar las oportunidades del país en materia de «hidrógeno verde».

Construcción de infraestructuras, reducción de trabas burocráticas para abrir negocios y digitalización fueron otros de los puntos clave de la hoja de ruta anunciada por el presidente.

También declaró que Sudáfrica -que, con 3,6 millones de contagios hasta la fecha, es el gran epicentro de la COVID-19 en el continente africano- está «lista» para pasar a una «nueva fase» de gestión de la pandemia y levantar, por primera vez desde marzo de 2020, el «estado de desastre» declarado para que el Gobierno pudiera aplicar las restricciones y medidas sanitarias necesarias. EFE (I)

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