Gio Queiroz denuncia «conductas abusivas» en el Barcelona

Valencia/Barcelona, 29 mar (EFE).- La jugadora brasileña del Levante, cedida por el Barcelona, Gio Queiroz denunció este martes conductas abusivas, presiones para no jugar en la selección brasileña y un confinamiento ilegal, entre otras situaciones, durante su estancia en el club catalán mediante una carta dirigida a su presidente, Joan Laporta, y difundida en sus redes sociales.

Queiroz afirmó que la denuncia, con todos los detalles, principales fundamentos y demás pruebas ya ha sido enviada a la junta directiva del club y que los responsables de las conductas abusivas están perfectamente identificados.

La delantera explicó que llegó al club en julio de 2020, con 17 años, y que fue muy bien recibida por las jugadoras y por el cuerpo técnico y entró en una buena dinámica hasta que recibió la primera convocatoria de la selección brasileña. «A partir de ese momento comencé a recibir un trato distinto desde dentro», apuntó.

«Primero recibí indicaciones de que jugar con la selección brasileña no sería lo mejor para mi futuro dentro del club. A pesar del desagradable y persistente acoso, no le di mucha importancia y atención al asunto», continuó.

La delantera, que posee la triple nacionalidad española, estadounidense y brasileña, contó que comenzaron a acorralarla «de una manera abusiva» para que renunciara a defender a la selección de su país con métodos arbitrarios y con el claro objetivo de perjudicar su vida profesional dentro del club.

Queiroz también denunció que en febrero de 2021 fue sometida a un confinamiento ilegal por parte de la jefa de los servicios médicos debido a que ella afirmó que era un contacto estrecho de un caso positivo de covid.

«Desde el principio, intuía que los verdaderos motivos del confinamiento eran otros. Como la orden de la médica era contraria al protocolo sanitario, contacté directamente con el Departamento de Salud de Cataluña y pedí aclaraciones. La respuesta fue clara y contundente. Mi caso no era ni podía ser considerado como contacto estrecho según el protocolo sanitario vigente», continuó.

«Al cuestionarla, ella respondió: ‘Tu caso es distinto. Fui autorizada a hacer un confinamiento especial para ti’. Yo, indignada, aún pregunté: ¿Cómo que especial? Ella evitó el tema y nunca me contestó. Al final me encerraron ilegalmente y no pude salir de casa. No podía entrenar ni tener una rutina normal. Estaba devastada. Esa arbitrariedad supuso también no viajar con el equipo a la final de la Copa de la Reina», manifestó.

Tras cumplir con la cuarentena impuesta, la jugadora recibió la autorización de la FIFA para incorporarse a la selección brasileña en Estados Unidos, con pleno conocimiento del club, y antes de viajar y durante el periodo de concentración se realizó varias pruebas PCR, siempre con resultado negativo.

Queiroz contó que, cuando regresó a Barcelona, le llamaron a una reunión con el director deportivo (Markel Zubizarreta) en la que fue acusada de haber cometido una grave indisciplina y que, por ello, sería apartada del equipo y sufriría graves consecuencias.

«Me acusaron injustamente de haber incumplido el confinamiento, de haber viajado sin autorización del club y sin el consentimiento de las capitanas del equipo. Intenté demostrar que eso no era cierto. Él estaba inflexible, bastante agresivo y en tono amenazante me dijo: «No te preocupes. Te cuidaremos bien». «Entré en pánico. Temí por mi futuro», reveló.

Tras esa reunión, Queiroz apuntó que su situación cambió para siempre y estuvo completamente expuesta a momentos humillantes y vergonzosos durante meses. «Estaba claro que buscaba destruir mi reputación, minar mi autoestima, degradar mis condiciones laborales y menospreciar e infravalorar mis condiciones psicológicas», dijo.

«El hecho de ser menor de edad no parece haber sido un impedimento, un dilema moral para mi agresor. Planificó y llevó a cabo cada una de sus incursiones sin objeción ninguna. Ciertamente actuó con la sensación de impunidad, de que contaba con la protección de su cargo dentro del FC Barcelona», agregó.

Asimismo, Queiroz deseó que el Barcelona cumpla con su papel institucional y actúe de manera consecuente y transparente, investigando y denunciando los posibles delitos a las autoridades pertinentes. «También deseo que el club, a través de su presidente, se comprometa a implementar medidas efectivas para combatir el problema evidente y bien documentado del abuso moral, el acoso laboral y la violencia psicológica contra las mujeres», finalizó.

Los hechos no coinciden con la versión del club azulgrana. Según fuentes del Barcelona consultadas por EFE, Queiroz efectivamente era contacto estrecho de un positivo de covid-19 y, siguiendo el protocolo sanitario en febrero de 2021, no podía salir de España.

El Barça señala que la jugadora se concentró con la selección brasileña sin avisar a la entidad. Queiroz presentó su caso a la ‘compliane officer’, la persona encargada de alertar a la junta directiva de posibles incumplimientos de la normas del club, que dio la razón al Barcelona al afirmar que la futbolista debía seguir los protocolos sanitarios.

Además, desde el Barcelona afirman que un informe de la FIFA concluye que Queiroz tenía que seguir confinada hasta el 17 de febrero, en contraste con las explicaciones de la jugadora del Levante, que apuntó que el organismo presidido Gianni Infantino la autorizó a incorporarse a la selección brasileña.

Respecto a las críticas vertidas sobre Markel Zubizarreta y según las mismas fuentes de la entidad blaugrana, la decisión del director deportivo fue que, tras regresar de la concentración, Queiroz jugara exclusivamente en el Barcelona B, con el que tenía ficha, sin «el premio» de entrar en las convocatorias del primer equipo «por una falta de indisciplina por no cumplir la normativa sanitaria». EFE

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