Ciudad de México.- Las sensaciones y emociones del amor y de la vida, así como de la energía y de las fuerzas que la crean y la desgastan, habitan “Urs Fischer: Lovers”, la primera exhibición individual en México del artista plástico suizo Urs Fischer.
“Yo no pensaba mucho en el amor cuando era niño pues asumes que lo tienes de tu padres. Pero la pregunta que me he hecho es qué hacemos en la vida, cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con los otros. Y lo que he encontrado es que, de alguna forma, es muy claro que en los lugares en los que hay amor todo es mejor», dijo este jueves en conferencia de prensa el artista, antes de inaugurar la muestra en el Museo Jumex de la Ciudad de México.
Fischer explicó que este sentimiento es el que quería «compartir» en esta exposición —que abrirá sus puertas al público del 2 de abril al 18 de septiembre— y que «parece una experiencia inmersiva».
La escultura «The Lovers #2», de diez metros de altura, fue realizada especialmente para la exhibición mexicana y, ubicada a las afueras del museo, invita al espectador a entrar a una zona de juego, energías y «entretenimiento», mientras dialoga con la arquitectura exterior.
Curada por el escritor italiano Francesco Bonami, «Urs Fischer: Lovers» se despliega a lo largo de tres niveles del recinto y muestra una retrospectiva de 25 años del artista a través de casi 50 piezas que la conforman, realizadas desde los años 90 hasta la actualidad.
«Nos conocemos (Urs y Bonami) desde 1996 y no quiero exagerar pero creo que puedo decir que somos amigos. Hablamos mucho y ha sido de forma muy natural trabajar juntos, siempre escucho y trato de entender su visión y lo que queremos hacer, también me fijo en la estructura del edificio», responde a Efe Bonami.
«Nosotros siempre dejamos al arte ser arte y no esperamos que sea lo que la sociedad marca que sea, los dos apreciamos las cosas por lo que son. Entonces, no hay una construcción general en la forma en la que nos acercamos a este espectáculo. Solo dejamos a las cosas ser», añadió Fischer.
UNA GRAN MUESTRA
Organizada de forma descendente, la Galería 3 del Museo Jumex presenta una alegoría al Jardín del Edén con 33 obras en diversas técnicas que enmarcan la imaginación, la cotidianidad y el elemento sorpresa de la obra de Urs.
Al entrar a la sala, una lengua escondida en un agujero en la pared sale y asombra a los desprevenidos. Se trata de la obra «Noisette» (2009).
Una vez dentro, en el centro del lugar destaca «Teardrop» (2019) un pequeño estanque rodeado de plantas, hecho con un espejo que muestra la interrupción de la calma al caer una pequeña gota de agua.
A su vez, un robot con cara humana y únicamente un brazo peina su cabello cada dos minutos en la pieza «Airports Are Like Nightclubs» (2005), y dos manos de cera sostienen una silla labrada por su padre en «UF» (2015).
En el segundo nivel, dos caracoles mecánicos, pero muy realistas, se buscan en el suelo dejando en su camino la huella de su baba, entre otras obras de este artista plástico.
Mientras que en la última galería, «Things» (2017), un rinoceronte plateado enorme que carga con elementos como una copiadora, una puerta de un coche, una mesa o una bolsa de marca, comparte espacio con dos retratos hechos en cera, «Eugenio & Esthella» y «Kembra & Spencer», que se irán consumiendo a lo largo de la exhibición y marcarán no solo el paso del tiempo, sino la vida que se termina. EFE
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