En el aniversario de la caída de Hussein, el presidente iraquí lamenta la crisis política en su país

Barham Saleh, presidente de Irak,

El presidente iraquí, Barham Saleh, advirtió este sábado sobre el peligro que entraña para la estabilidad del país la actual situación de bloqueo político, que ha impedido el nombramiento de un nuevo Jefe de Estado y la formación de gobierno, a los cinco meses de las últimas elecciones legislativas, lo que calificó de «inaceptable».

«La continuación de la crisis política puede conducir al país (…) hacia peligrosos laberintos en los que todos perderán», afirmó Saleh en un comunicado difundido con motivo del aniversario de la caída del exdictador Sadam Husein, en 2003.

Mas de cinco meses después de las elecciones parlamentarias de octubre pasado y tres después de la constitución del nuevo Legislativo, los distintos grupos de la Cámara no han sido capaces de ponerse de acuerdo para elegir a un nuevo presidente, que es quien debe encargar la formación de gobierno al candidato propuesto por el bloque parlamentario mayoritario.

Aunque, según la Constitución iraquí, el plazo para la elección del Jefe de Estado concluyó a principios de febrero, hasta ahora han fracasado los tres intentos llevados a cabo por el Congreso por el boicot de distintas formaciones que han impedido con su ausencia que haya el cuórum necesario para la votación.

«Nuestro país atraviesa una delicada circunstancia en medio de un impasse político y un retraso de las obligaciones constitucionales más allá de las fechas señaladas, lo cual es totalmente inaceptable», lamentó Saleh.

Por ello, instó a «todas las fuerzas políticas» a llevar a cabo «un diálogo serio y eficaz para lograr salir de la crisis actual».

Son, no obstante, las fuerzas que apoyan la reelección de Saleh en el cargo las que han boicoteado con su ausencia los dos últimos intentos de votación en la Cámara de Diputados, los pasados 26 y 30 de marzo.

Estas fuerzas, encabezadas por la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), al que pertenece el presidente, y la mayoría de los partidos chiíes proiraníes, quieren volver a formar un gobierno de consenso, donde cada formación política tenga su cuota de poder.

Sin embargo, una alianza liderada por el Bloque Sadrista, la formación del popular clérigo chií Muqtada al Sadr que ganó las elecciones de octubre con apenas 73 de los 329 escaños, ha intentado constituir un gabinete de ministros de mayoría parlamentaria.

Tras la última votación fallida, Al Sadr anunció que se apartaba durante un mes de las negociaciones para formar gobierno. EFE (I)

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