La salida de Glas

Giuseppe Cabrera

Ambato, Ecuador

El habeas corpus que se concedió al exvicepresidente Jorge Glas se cuestiona desde lo jurídico y lo político. En lo jurídico debe haber claridad respecto a la competencia en razón del grado y territorio. No debía conocer la Corte Nacional pues no se trababa dentro de un proceso penal, ni tampoco la Corte Provincial, porque no se trataba de un proceso penal de instancia, como una prisión preventiva.

Cuando lo que se busca es proteger la integridad física y psicológica del recluido estamos ante un habeas corpus correctivo, como lo ha denominado la Corte Constitucional y se puede plantear ante cualquier juez de garantías penitencias o multicompetente del lugar donde se encuentra recluido, es decir debía presentarse ante un juez de primera instancia de garantías penitenciarias de Latacunga.

Solo en caso de desconocerse el lugar de reclusión, se puede interponer ante un juez de cualquier ciudad del país.

Lo que levanta dudas en todo esto, es que, además de que no hace sentido que un juez de Manglaralto en Santa Elena, sea el que resuelva. También levanta suspicacias, el hecho de que este juez, haya sido asesor y Subsecretario del Ministerio de Justicia durante el Gobierno de Correa y por tanto la Vicepresidencia de Glas y, además, que como Subsecretario ha sido quien dispuso que no era necesario que Glas comparezca con el traje naranja de los reclusos, sino con uno de sus ternos.

Desde el plano político, frente a la opacidad que rodeó la votación de la ley tributaria, que entró en vigor por el ministerio de ley, gracias a la abstención del correísmo, los dedos apuntan a un pacto entre Lasso y Correa.

Yo no sé si esto sea cierto, pero, se justifica las especulaciones de la gente, porque cuando se dio la votación de la ley tributaria, ya se habló de que ese fue el costo que tuvo que pagar el Gobierno. La transparencia en esa votación en su momento evitaría que hoy estemos elucubrando.

Glas va a llenar el vacío que dejó Correa y la desaparición de Arauz del mapa político después de su derrota, va a ser un actor clave en las elecciones seccionales, tanto como recurso de ataque de la oposición, como relato de resurrección del correismo, claro, nos dirán que es Jesús y no Barrabás.

El exvicepresidente Jorge Glas, tras su salida del Penal de Latacunga, el 10 de abril de 2022.

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