La Compañía Nacional de Petróleo libia (NOC) anunció este lunes la interrupción de la producción en el campo petrolero de Al Sharara, el mayor del país, que sigue a una ola de suspensiones y ceses de la exportación por la actual inestabilidad política.
Facciones tribales han impedido el acceso a los trabajadores de diversas terminales que hasta ahora han forzado al cierre de varios pozos, como el de Feel y Al Sharara, y la suspensión de la exportación a través de los puertos de Mellita (oeste) y Zueitina (este).
«Un grupo de individuos presionó a los trabajadores del campo petrolero de Al Sharara, lo que los obligó a parar gradualmente la producción e imposibilitó que la NOC implementara sus obligaciones contractuales», informó la compañía sobre la situación en esta instalación que aporta en torno a un tercio de la producción total del país.
La NOC, única autorizada para comercializar el crudo, suspendió esta mañana la exportación desde el puerto oriental de Zueitina, tras interrumpir el domingo la de Mellita por cese en la producción de El Feel.
Los campos de Abuatufol, Al Intisar, Anakhla y Nafura, que exportan a través de Zueitina, también han interrumpido la producción desde hoy.
Facciones tribales se han unido a la presión para que el Gobierno de Unidad Nacional (GUN) de Abdelhamid Dbeibah, en Trípoli, ceda al poder a Fathi Bashaga, designado primer ministro en febrero por el Parlamento, con sede en la ciudad oriental de Tobruk y que está tutelada por el mariscal Halifa Haftar.
La NOC transfirió el pasado jueves 8.000 millones de dólares en dos cuotas al Ministerio de Finanzas del GUN, en el Banco Central de Libia, lo que fue interpretado como un apoyo al Ejecutivo de Dbeibah.
La compañía nacional pidió hoy mantener neutral al sector petrolero y al margen de los conflictos políticos en el país, que afectan al sector energético, la casi única fuente de ingresos de Libia.
En 2020, la división política también afectó al sector por cuando fuerzas pro-Haftar cerraron campos e instalaciones durante seis meses.
Las terminales petroleras han sido blanco de ataques y combates entre milicias desde 2011 y también del chantaje político entre los gobiernos rivales por la división política que vive el país desde entonces. EFE