15 centavos

Fernando López Milán

Quito, Ecuador

Muertos, heridos, lesionados; mil millones de dólares en pérdidas; la producción petrolera detenida en pleno aumento del precio internacional del petróleo; el Ecuador dividido; el resentimiento y el odio flotando en el ambiente; los vendedores callejeros- impedidos de trabajar por los manifestantes de la Conaie y compañía- mordiéndose los puños de la camisa.

La protesta social convertida en terrorismo y delincuencia; guerrillas urbanas poniendo a punto sus tácticas y estrategia; paramilitares indígenas -el ejército propio que en 2019 pedía Jaime Vargas y que, al parecer, Marlon Vargas dirige ahora– emboscando y disparando contra un convoy de combustible custodiado por militares; policías y soldados expuestos a la ira impune de los violentos, e imposibilitados, por órdenes superiores, de actuar para defenderse; profesores y estudiantes universitarios sintiéndose héroes; sintiéndose realizados, porque la intelligentsia (como llama R. Pipes a los predicadores del bolchevismo), que no es más que “el grupo de intelectuales que ansían el poder político”, en estas tres semanas de desmadre probó el poder por interpuesta persona: la masa enfurecida.

Pasada la catarsis del tumulto, toca, ahora, el regreso a la realidad: a una situación peor que aquella que la masa levantada sufría antes del paro convocado por la Conaie. Así fue en octubre de 2019. Así es ahora.

Quince centavos le han quitado al Gobierno los insurrectos. Es decir, cuatrocientos millones de dólares que aquel podría haber destinado a inversión social o a generar trabajo a través del desarrollo de la obra pública. Quince centavos que no alivian la desnutrición de los niños indígenas, pero que favorecen a los transportistas, a la clase media que tiene auto, a los empresarios camaroneros. A gente, en suma, que ya había asimilado el alza del precio de los combustibles.

El aceite y otros productos, cuyos precios han subido a causa de la invasión a Ucrania, seguirán costando lo mismo que antes del paro o se pondrán más caros. “¡Sos grande, Leonidas! ¡Sos bárbaro!”, podrá decir algún revolucionario argentino de los que apoyan a los Fernández. Y tendrá razón. Leonidas y sus seguidores nos han mostrado hasta la saciedad de lo que son capaces.

Costará mucho tiempo volver a la situación previa al paro, y mucho tiempo más mejorarla, pero la Conaie ha dado otro paso hacia su objetivo de volverse una organización subversiva y el Estado ha avanzado un trecho más hacia su conversión en convidado de piedra, en espectador impávido de las crisis políticas.

Tucídedes, el historiador de la Guerra del Peloponeso, pensaba que, puesto que la naturaleza humana no cambia, los hechos del futuro serán iguales o semejantes a los del pasado. Quien lea el discurso de los corintios a los lacedemonios y compare sus afirmaciones con lo que acabamos de vivir concordará con Tucídides.

¿Por qué el presidente Lasso no actuó como debía para defender a los ecuatorianos de la violenta arremetida de la Conaie y de los suyos? Por temor a perder lo que tenía. El temor lo volvió indeciso y mientras dudaba y hacía menos de lo necesario permitió el fortalecimiento de los insurrectos.

Más responsable que el que oprime, decían los corintios en referencia a los lacedemonios, es quien pudiendo evitar la opresión se abstiene de hacerlo; y, en lugar de defender a los que debe con todos los recursos que están a su alcance, actúa por debajo de su poder, y los protege solo con sus intenciones. No se trata de quejarse de la injusticia, afirmaban, sino de actuar contra ella.

Un gobernante que, en situaciones de gran violencia social, y a fin de no sufrir ningún daño o reproche, es incapaz de usar la fuerza legítima para detener la agresión y el sometimiento de sus ciudadanos, los deja en manos de los violentos.

Pese a la gravedad del paro que vivimos en junio, Guillermo Lasso pudo conservar lo que tenía: la presidencia. Iza consiguió quince centavos. Y perdimos, ¡cuánto perdimos todos!

Representantes de los cinco poderes del Estado de Ecuador se reúnen con Leonidas Iza, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas, en la Iglesia de la Basílica para tratar de llegar a un acuerdo y dar fin a las protestas, hoy en el centro histórico de Quito (Ecuador). La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) y otras agrupaciones promotoras de las protestas sociales aceptaron este lunes la invitación a reunirse con el Gobierno, cuando se cumplen 15 días de protestas contra la Administración del presidente Guillermo Lasso. EFE/ José Jácome

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