El presidente de Chile, el progresista Gabriel Boric, aseguró este viernes que, en caso de rechazarse la propuesta de nueva carta magna en el plebiscito del próximo 4 de septiembre, debe convocarse un nuevo proceso constituyente.
«De ganar la alternativa ‘Rechazo’ (la nueva Constitución), lo que va a pasar es que vamos a tener que prolongar este proceso por un año y medio más (…) Tiene que haber un nuevo proceso constituyente», señaló en una entrevista al canal local Chilevisión.
«Va a tener que discutirse todo de nuevo, a partir de cero», enfatizó.
Chile terminó el pasado 4 de julio de redactar una nueva Ley Fundamental y tiene menos de dos meses para decidir en un plebiscito de voto obligatorio si se queda con el nuevo texto o con el vigente, redactado durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y reformado casi totalmente en democracia.
Casi el 80 % de los ciudadanos «votó de manera clara que quiere una nueva Constitución» en el histórico referéndum de octubre de 2020, agregó Boric, y optó por «una nueva Constitución escrita por un organismo especialmente electo para ese fin».
Por esta razón, agregó el mandatario, el camino sería convocar una nuevas elecciones constituyentes, como las que se celebraron en mayo de 2021.
En esa ocasión, Chile eligió un órgano de tendencia progresista, con un gran número de independientes, 17 escaños indígenas y, de forma inédita en el mundo, el mismo número de hombres que de mujeres.
En 2019, siendo todavía diputado, Boric fue uno de los impulsores del gran pacto político que permitió abrir el proceso constituyente y defendió fervientemente el cambio, aunque desde que es presidente -cargo desde el que no puede promover ninguna opción de cara al plebiscito- ha asegurado que «es legítimo apoyar cualquiera de las dos».
Durante meses, los sondeos dieron por vencedora la opción de aprobar la nueva Constitución -enfocada a engrosar los derechos sociales- aunque ahora, las principales encuestas señalan una mayor preferencia ciudadana hacia mantener la ley actual.
Los principales partidos de la derecha ya se han alineado para rechazar el nuevo texto, al que califican de «partisano» e «indigenista», mientras que la izquierda ha decidido animar a la ciudadanía a votar por aprobar la nueva ley.
La propuesta comenzó a redactarse como la vía política para amainar una masiva ola de protestas por la igualdad que comenzó en 2019 y dejó una treintena de fallecidos y miles de heridos. EFE (I)