Mónica Rubalcava
Ciudad de México.- Los bastidores vacíos de los cuadros del paisajista José María Velasco robados de la colección del poeta mexicano Carlos Pellicer Cámara (Villahermosa, 1897), son exhibidos en el Museo Nacional de Arte (Munal) de la Ciudad de México a manera de denuncia a 46 años del agravio como parte de la exposición “Carlos Pellicer. Amistad y memoria”.
“Fue una consigna. Desde el primer minuto dijimos, se hace la exposición y se ponen (los bastidores). Hay que denunciar, los cuadros han corrido dentro del mercado para venderlos”, aseguró a Efe Estela “Teli” Duarte, curadora de la exposición.
Según Duarte, el robo de la obra de Velasco causó una conmoción tal en el poeta que está convencida de que “si algo detonó su muerte (en 1977), fue el robo de los cuadros, lo descompuso todo”, consideró.
El atraco sucedió cuatro meses antes de su muerte en octubre de 1976 cuando tres delincuentes entraron a su casa para robar diez oleos del paisajista mexicano.
“Fueron seis tarjetas postales, dos cartones un poquito más grandes y dos telas que cortaron de sus bastidores. Iban por eso nada más, no se llevaron ni un cuadro más y ahí había obra de Diego Rivera, de Orozco, era un encargo”, considera Carlos Pellicer López, sobrino del poeta quien recientemente donó la parte de obra plástica que resguardaba el autor al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).
“De pronto aparecen y me dicen, ‘vinieron a ofrecerme un cuadro’, revisamos y resulta que es alguno de los robados, pero me dicen, ‘bueno yo en realidad no conozco a quien lo ofrece’’”, cuenta Pellicer López.
Exponer los bastidores vacíos es para Duarte una forma de hacer conciencia y volver visible la problemática del robo de obras de arte, aunque dijo, en México no es tan común.
UN RETRATO AL AUTOR
La exhibición muestra la obra que el autor de “Colores en el mar y otros poemas” (1921) resguardó a lo largo de su vida, la cual se fue construyendo a partir de los regalos e intercambios de poemas (por su parte) por obra de sus amigos pintores, fotógrafos y escultores de la talla de Diego Rivera, José Clemente Orozco, Nahui Ollin, entre otros.
«Mi tío mostró una curiosidad especial por la pintura y en cuanto pudo se acercó sabiendo que él no tenía facilidad de dibujante ni de pintor, pues yo me encontré tres o cuatro dibujos chiquitos hechos por él muy elementales (…) pero tenía una gran admiración por la imagen y por eso su poesía es tan de imágenes, eso explica que estuviera tan cerca de los pintores y fotógrafos», cuenta Pellicer López a Efe.
El recorrido muestra fragmentos de sus poemas, retratos realizados por artistas como Rivera o Manuel Álvarez bravo, algunas cartas escritas a sus amigos, así como un sin fin de obra pictórica de artistas que marcaron el siglo XX.
“No es de literatura, es la exposición de lo que fue su colección (…) Se verá una obra íntima, sus gustos y los regalos que le dieron a él“, añade Duarte de la exhibición, que estará disponible hasta mayo de 2023.
UNA DECISIÓN DIFÍCIL
Con la donación de Pellicer López, el INBAL se hizo acreedor a más de 2.000 obras artísticas y documentales, que ahora están bajo el resguardo del Munal.
Según su sobrino, quien contó fue muy cercano a su tío, tomó la decisión de donar la colección del también museógrafo por la confianza que tiene en el actual gobierno y después de haberlo platicado por años con su esposa e hijos.
Además, Pellicer López quien ya donó la biblioteca de su tío al Colegio de México, el archivo completo a la Biblioteca Nacional, el sonoro la Fonoteca Nacional y la colección arqueológica al Museo Regional de Antropología “Carlos Pellicer Cámara” de Tabasco, consideró que espera que la exposición impulse a las instituciones a difundir y retomar la obra.
«Todavía no se publica la prosa de Pellicer y yo entregué el archivo de mi tío con todos los originales hace más de 20 años, (…) ni si quiera su poesía está asequible a través del Fondo de Cultura Económica, hay muchísimo que hacer por Pellicer, pero le toca a las instituciones, yo ya no soy poseedor de nada», finali