El empresario japonés Kazuo Inamori, fundador de la empresa de electrónica Kyocera y del grupo del que surgió el conglomerado de telecomunicaciones KDDI, falleció a los 90 años, anunció hoy el fabricante de componentes electrónicos.
Inamori murió el 24 de agosto en su casa de la ciudad de Kioto, en el oeste del país, por causas naturales, según el comunicado publicado por la empresa, que detalla que el funeral fue celebrado en la estricta intimidad por sus familiares y allegados.
Nacido el 30 de enero de 1932 en la ciudad de Kagoshima, en el sudoeste del archipiélago, Inamori se graduó en la Facultad de Ingeniería de Kagoshima en 1955 y entró a trabajar en el fabricante de aislantes Shofu de Kioto.
En abril de 1959, con la inversión de un conocido, fundó Kyoto Ceramic Corporation, que con los años pasaría a denominarse Kyocera, a la que estuvo vinculado durante el resto de su vida. Tras haber sido presidente de la empresa y del consejo de administración, desde 2005 ostentaba el cargo de presidente honorífico del conglomerado.
En 1984, con la liberalización de las telecomunicaciones en Japón, Inamori fundó Daini-Denden Planning (DDI), que en el año 2000 se fusionaría con KDD e IDO dando lugar a la actual corporación KDDI, una de las empresas japonesas más importantes del sector y a la que también seguía vinculada de forma honorífica desde 2001.
Inamori fue una de las figuras detrás del rescate de la aerolínea japonesa Japan Airlines (JAL) en 2010, cuando fue nombrado presidente. Tras pasar por el consejo de administración, ostentaba cargos honoríficos en el órgano de gobierno desde 2015.
Fundador de la Fundación Inamori en 1984, el prolífico empresario introdujo el premio internacional Premio Kyoto, que distingue a profesionales por sus contribuciones a la tecnología, la ciencia o las artes, y entre cuyos premiados están el ingeniero John McCarthy, quien acuñó la expresión «inteligencia artificial»; el pionero de la música electrónica John Cage o el Nobel de Medicina Tasuku Honjo.
Inamori fue activo también en el ámbito de la formación a través de la asociación Seiwajyuku, una escuela de gestión de talento que desde principios de los años 80 contribuyó a la formación de directivos dentro y fuera de Japón. EFE