El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, encabezará este miércoles los festejos por el Bicentenario de la Independencia del país, con un claro acento proselitista de cara a las elecciones del próximo 2 de octubre.
Tanto el mandatario como los grupos de ultraderecha que respaldan a su Gobierno han convocado actos en apoyo a su candidatura a la reelección, que está claramente amenazada por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, abanderado de un frente progresista y favorito para imponerse en los comicios.
Hasta ahora, todos los sondeos le atribuyen a Lula una intención de voto cercana al 45 %, frente al 30 % que obtendría Bolsonaro, capitán de la reserva del Ejército que ya ha dicho que en el día de la Independencia los brasileños deben «defender la libertad» frente a la «amenaza comunista» que, según él, encarna el líder progresista.
El gobernante ha pedido a sus seguidores ir a las calles «por última vez» este 7 de septiembre, en una enigmática arenga que en muchos sectores políticos inspira temores de que haya violencia y que ha lanzado en medio de duras críticas a las autoridades del Tribunal Superior Electoral, responsable por los comicios.
Frente a eso, tanto Lula como el Partido de los Trabajadores (PT), que encabeza el frente progresista, han decidido dejarle la calle al bolsonarismo a fin de evitar posibles enfrentamientos.
«No vamos a hacer ninguna manifestación ni convocatoria para ese día, porque es una fecha cívica», anunció la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann.
El acto institucional por el Bicentenario de la Independencia de Brasil de Portugal será celebrado en la llamada Explanada de los Ministerios, una avenida de Brasilia que concentra a todos los edificios del poder público nacional.
A la ceremonia asistirán el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo, así como autoridades de Angola, Cabo Verde, Guinea-Bisáu y Mozambique, que también fueron colonias portuguesas.
A lo largo de los dos kilómetros de esa avenida, será realizado un desfile cívico militar para el que las autoridades de Brasilia esperan un público de unas 40.000 personas.
El tránsito de vehículos por la Explanada ya fue restringido la noche de este lunes, después de que unos «camiones bolsonaristas» intentaron estacionarse en ese espacio, que estará abierto sólo para peatones y bajo estrictas medidas de seguridad.
En la Plaza de los Tres Poderes, donde se sitúan la sede del Gobierno, del Parlamento y de la Corte Suprema, la vigilancia está especialmente reforzada, sobre todo debido a mensajes que circulan en redes sociales del bolsonarismo más radical.
En los últimos años, esos grupos ultras han realizado actos exigiendo una «intervención militar» que mantenga a Bolsonaro en el poder y «clausure» tanto el Parlamento como las cámaras legislativas.
La última gran manifestación en ese sentido, a la que asistió el propio Bolsonaro, fue realizada precisamente el 7 de septiembre del año pasado, pero desde entonces las tensiones han bajado y muchos líderes de esos grupos ultraderechistas están en prisión o responden ante la Justicia por «actos antidemocráticos».
De todos modos, circulan mensajes en redes sociales, repetidos en carteles colgados en las calles, en los que se dice que «es ahora o nunca» y se insta a organizar caravanas de apoyo a Bolsonaro hacia la capital del país.
Aún así, el gran acto político del bolsonarismo será realizado en la avenida Atlántica, que bordea la playa de Copacabana en Río de Janeiro, hacia donde el mandatario se desplazará una vez que acaben los festejos oficiales en Brasilia.
En el mitin de Copacabana, que sustituirá al desfile militar que se hace en Río de Janeiro todos los 7 de septiembre, Bolsonaro ha asegurado también la participación de las Fuerzas Armadas, lo que la oposición considera como un intento de exhibir «músculo» y «armas» de cara a las elecciones del 2 de octubre. EFE