
La Asamblea Nacional desde hoy, lunes 12 de septiembre, empezó su «período de vacancia» en medio de cuestionamientos, una bajísima aceptación ciudadana y un polémico juicio político interrumpido, el del Consejo de la Judicatura.
El Pleno legislativo estuvo marcado por pugnas de poder que, por el contrario, evidencia una limitada producción legislativa sin respuestas a las demandas ciudadanas.
La vacancia, como es habitual, será de 15 días y deja pendiente decisiones legislativas y de fiscalización. En medio de ese escenario el correísmo y socialcristianismo mantienen una alianza legislativa coyuntural que se apoya en grupos rebeldes de Pachakutik y disidentes de la Izquierda Democrática.
Los aliados buscaron el control de los máximos puestos del Parlamento y para ello labraron la destitución de Guadalupe Llori como presidente de la Asamblea y de Yeseña Guamaní como segunda vicepresidente. Esa acción fue la puerta para dar los siguientes pasos: primero querer tomarse la justicia y luego al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), a través de procesos de fiscalización.
Muchos juicios políticos y pocas leyes
En cuanto a lo que compete plenamente al tema de legislación, el Parlamento tramitó en segundo debate 10 proyectos de ley, de los cuales 3 fueron archivados, otros 3 constituyen reformas a leyes vigentes y sólo 4 originaron la creación de nuevas leyes.
La agenda que marcó a la fiscalización se aceptaron y trataron seis solicitudes de juicio político, de ellos dos fueron archivados, en uno se censuró y destituyó, dos están en suspenso de definición y uno en proceso.
Por este hecho, no sólo fue cuestionado Torres y toda la bancada del PSC sino la actuación de Virgilio Saquicela que en calidad de presidente de la Asamblea, logró inventarse un mecanismo de última hora para aplazar una sesión que no pudo cerrar, antes de salir de vacaciones, el tema sobre el juicio político al Consejo de la Judicatura hasta poder encontrar los votos.
La más reciente crítica vino precisamente de un exlegislador socialcristiano, Henry Cucalón, quien dijo:
«El presidente de la Asamblea, Virgilio Saquicela, es un peligro para la democracia por su servilismo e ignorancia».
Según la encuestadora Perfiles de Opinión, la aceptación del Legislativo, de mayoría correísta, es de apenas un 5%.
Finalmente, muchos legisladores, decidieron renunciar a sus cargos para buscar otros de elección popular que se darían en las elecciones seccionales de 2023, siendo los de la bancada de UNES, quienes más han dimitido del actual Parlamento.