El ministro ecuatoriano del Interior, Juan Zapata, aseguró este martes que es «cuestión de horas» el retorno al país del prófugo expolicía Germán Cáceres, detenido en Colombia y que es procesado por del asesinato de su esposa en septiembre pasado, en un crimen que conmociono a la sociedad ecuatoriana.
Zapata señaló que para traer a Cáceres a Ecuador trabajaron el fin de semana entre las distintas instituciones Policía, Fiscalía y Cancillería de Ecuador y Colombia.
En una entrevista con la televisión Teleamazonas destacó que con las acciones articuladas que se llevaron a cabo es «cuestión de horas», para que Cáceres llegue al país y sea puesto a órdenes de la Justicia.
Sostuvo que se trabaja en la planificación operativa desde su salida Colombia hasta que llegue a Ecuador: «Se cumplirán las normas legales, el debido proceso y el traslado hacia el centro de detención».
El pasado sábado, la Cancillería informó de que ese mismo día tuvo lugar una reunión de autoridades de los dos países en Bogotá sobre este caso.
«El detenido Germán Cáceres llegará a Bogotá procedente de Santa Marta con custodia de agentes de la Fiscalía colombiana, de forma que se garantice su vida e integridad», precisó entonces la Cancillería ecuatoriana en un comunicado.
Agregó que el acusado «posteriormente será conducido a la sede de la Fiscalía en Bogotá» y que «en las siguientes 24 a 48 horas, luego de los procedimientos legales y administrativos respectivos, la Fiscalía colombiana notificará formalmente» del caso a la misión diplomática ecuatoriana en Colombia.
Con esa notificación se dará inicio a los «procesos administrativos necesarios para procurar el inmediato retorno del detenido a Ecuador», agregó la fuente.
Cáceres fue localizado y detenido el pasado viernes en la localidad de Palomino, en el departamento de La Guajira, en el norte de Colombia, tras un trabajo conjunto entre las instituciones del orden de los dos países.
Según la Fiscalía colombiana, Cáceres llegó hace dos meses a Medellín en una motocicleta para después trasladarse a La Guajira, uno de los departamentos más remotos de Colombia, donde aparentemente trabajaba.
El detenido había huido de Ecuador y tenía una orden de «difusión roja» de la Interpol para su localización y captura.
Él es el principal implicado en el asesinato de María Belén Bernal, su esposa, una joven abogada que desapareció el 11 de septiembre cuando acudió a visitarlo en el recinto policial donde trabajaba como instructor.
El caso de Bernal ha indignado y conmovido a la sociedad ecuatoriana y se ha convertido en uno de los hechos más destacados de la violencia contra la mujer al haberse producido dentro de una instalación policial, lo que ha llevado a la madre de la víctima, Elizabeth Otavalo, a calificarlo, incluso, de «crimen de Estado».
Los hechos ocurrieron el 11 de septiembre, cuando Bernal acudió a la Escuela Superior de Policía, al norte de Quito, a visitar a Cáceres, que ejercía de instructor en ese centro formativo.
El cuerpo de Bernal fue hallado diez días más tarde en un cerro cercano a la Escuela de Policía con señales de estrangulamiento, de acuerdo al informe forense. EFE