Después del estallido, ¿qué?

Eduardo Peña Triviño

Guayaquil, Ecuador

Los dirigentes de la CONAIE pretenden paralizar otra vez el país. Reclaman que el gobierno nacional no ha cumplido con los acuerdos alcanzados en las mesas de diálogo y lo culpan de cualquier consecuencia (se entiende que destructiva) del cierre de carreteras, toma de pozos petroleros, desfile por las calles de Quito y lo que sabemos ha ocurrido en las dos paralizaciones anteriores.

Vivísimos. Culpar al gobierno de sus propios delitos. Desde el año pasado, vivimos con el temor de estas medidas, que nos sitúan en un país donde es peligroso invertir y hasta vivir. La finalidad del paro es que renuncie el presidente Lasso y con él su gabinete, para sustituirlo con alguien que les sea afecto.

Posiblemente se produzca un caos, intervendrá la fuerza pública, habrá muertos y heridos y los negocios perderán dinero y no será raro que al caos sustituya una dictadura de alguno de los dirigentes, tal vez   el mismo señor Iza, o de algún militar.

Entraremos en una nueva dictadura, abierta o taimada, tapiñada, que se quedará en el poder hasta cuando le dé la gana o hasta que la presión nacional e internacional la obligue a retornar al Estado de derecho. Gobernará por decreto y si quiere se quedará en el poder como hacen Ortega en Nicaragua, y lo han hecho todos los tiranos en Latinoamérica: Somoza, los hermanos Castro en Cuba, Trujillo en la Republica Dominicana).

No se conoce el plan del gobierno para enfrentar el estallido teniendo en cuenta que las masas podrán violar los derechos de los ecuatorianos y se escudarán en esos mismos derechos para destruir mejor, impunemente, como se ha probado. Tal vez según Marx sobrevendrá una dictadura del proletariado, cuyos dirigentes proclamarán la estatización de los medios de producción.

“Exprópiese”, decía Chávez en Venezuela. Exterminarán a los opositores: “gusanos” decía Fidel Castro, y empezará la construcción del socialismo indigenista que fracasará, como Cuba, Nicaragua, Venezuela y la Unión Soviética que implosionó el siglo pasado después de 70 años de la dictadura bolchevique. Se sabe que tal socialismo se levantó sobre los cadáveres de millones de muertos en las matanzas de aplicación de la NEP de V.I. Lenin y los muertos de hambre y frío en el archipiélago Gulag.

Son fanáticos convencidos de que actúan en nombre de ideales superiores, pero no miran el dolor que causan, ni las muertes. Cuando a Mao Zedong le informaban de los millones de muertos en las hambrunas en China el siglo pasado, decía que no era para dolerse tanto pues así es el proceso dialéctico de la vida.  Es un breve recuerdo de hechos históricos.

La violencia no conduce a nada positivo, solo a más violencia. Las dictaduras devienen en tiranías, si duran más de seis meses. Don Clemente Yerovi arregló este país en apenas ocho meses y se negó a seguir en el poder, pese a que se lo rogaban.

Convocar paralizaciones en nombre del pueblo es un abuso. La gente quiere trabajar, ganarse el pan  honesta y dignamente. Soy parte del pueblo, pero no lo represento ni me siento representado por quienes convocan el caos y la pobreza. Los cambios consensuados sí perduran. Hay que oír la sabia voz de la Iglesia.

Quito, 22 de junio. Manifestantes se encuentran en las inmediaciones de la Casa de la Cultura y parque El Arbolito, enfrentamientos entre manifestantes y miembros de la Policí­a Nacional, en el décimo día de manifestaciones en contra del gobierno de Guillermo Lasso. API/ JUAN RUÍZ

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