Una familia de la isla Trinitaria ha recibido amenazas, disparos y hasta detonación de explosivos por denunciar asesinato

Dicen que van a abandonar sus casas porque una banda de sector los quiere matar.

La noche del viernes 21 de abril dos adolescentes que conversaban afuera de su casa, en la cooperativa Antonio Neumane, en la isla Trinitaria, fueron baleados. Uno de ellos murió y luego que la familia pusiera la denuncia han sido atacados por los supuestos sicarios para que quiten la querella.

Los afectados dicen que otro joven de la familia fue testigo del crimen y que los asesinos lo siguieron para matarlo, pero logró esconderse en una casa.

Tras sepultar el lunes al adolescente identificado como Luis V., de 16 años, recibieron el primer ataque.

Más de 20 disparos realizaron sujetos que pasaban en moto contra una de las casas de la familia del fallecido.

Los orificios de las balas dejan en evidencia que los sicarios usaron calibre 9 mm y hasta un fusil. Cuentan que todos debieron tirarse al piso para no ser heridos.

Los atacantes usaron una granada y un artefacto de fabricación artesanal. La explosión afectó a varias casas del sector, no solo a los familiares del adolescente asesinado.

La vivienda de los denunciantes está derruida. La fachada está por colapsar e incluso hasta los artefactos de las habitaciones se dañaron debido a la fuerte detonación. Solo una persona dormía en esa casa y afortunadamente salió ilesa porque estaba en la habitación ubicada en el patio.

Los denunciantes piden resguardo y la policía del sector hace rondas constantes por la zona, pero tampoco cuenta con personal o una orden judicial para dejar permanentemente una patrulla afuera de las casas de la familia, que están contiguas.

Ahora los perjudicados analizan a dónde ir, porque dicen que una banda de la zona los quiere matar a todos.

“Debemos resolver a dónde nos vamos esta noche o nos matan. Imagínese que matan a un chico y uno tiene que quedarse frío y no denunciar”, expresa un familiar indignado.

Según la Policía, en ese sector del sur de Guayaquil hay una constante lucha entre bandas por la disputa de territorio para la venta de drogas.

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