Se pronostica un poderoso fenómeno de El Niño: ¿Qué consecuencias tendrá?

Salitre, Guayas, domingo 23 de abril del 2023 Fuertes jornadas de lluvias han causado estragos en varias provincias del país, en el cantón Salitre, en la provincia del Guayas, el desbordamiento del río a causa del caudal de la represa Daule-Peripa a dejado anegadas la calles, cultivos y viviendas. En la gráfica calles de la parroquia Junquillal, lucen cubiertas por el agua. Fotos:César Muñoz/API
Salitre, Guayas, domingo 23 de abril del 2023 Fuertes jornadas de lluvias han causado estragos en varias provincias del país, en el cantón Salitre, en la provincia del Guayas, el desbordamiento del río a causa del caudal de la represa Daule-Peripa a dejado anegadas la calles, cultivos y viviendas. En la gráfica calles de la parroquia Junquillal, lucen cubiertas por el agua. Fotos:César Muñoz/API

La última vez que se formó El Niño fue en 2016, y sus efectos se dejaron sentir en todo el mundo, contribuyendo al aumento récord de las temperaturas globales, a la pérdida de bosques tropicales, al blanqueamiento de corales, a la generación de incendios forestales y al deshielo polar. Ahora, los científicos creen que volverá a ocurrir y por eso están alertando sobre la posibilidad de que en los próximos meses se forme un Niño potente.

Según los expertos, en este contexto también está ocurriendo un calentamiento «brusco e inesperado» de los océanos, lo que en conjunto podría llevar la temperatura global a niveles de récord entre 2023 y 2024. El Niño es básicamente un cambio en la fuerza y dirección de los vientos alisios que soplan de este a oeste en el océano Pacífico, lo que provoca que el agua cálida que se encuentra en la parte occidental del océano Pacífico se mueva hacia la región central y este del Pacífico.

Este movimiento de aguas cálidas propicia un aumento significativo de las temperaturas oceánicas del centro y el este del Pacífico, lo que puede provocar aguaceros fuertes e inundaciones. Esto tiene consecuencias en el ciclo hidrológico de la costa oeste de América del Sur, especialmente en Perú y Ecuador. Además, hay efectos directos en la circulación atmosférica que causan cambios en las condiciones del tiempo y en el clima en general tanto en Norteamérica como en Sudamérica y en otras partes del mundo.

El desarrollo de El Niño, en especial si sigue aumentando la temperatura oceánica, suele llevar a una temporada de huracanes más activa en el Pacífico oriental y central. Durante los años de El Niño, hay mayor riesgo de huracanes para la costa oeste de México y para Hawái. Frecuentemente vemos huracanes o tifones que atraviesan el océano y ocurren huracanes más intensos en la región más al sur del océano Pacífico occidental.

Aunque todavía es algo que se está estudiando, hay indicios de que El Niño tiende a causar sequías en el Caribe durante el verano boreal, afectando lugares como Cuba, República Dominicana y Puerto Rico.

En ocasiones, esta sequía puede extenderse a América Central, desde Panamá hasta Honduras, en especial, así como causar ondas de calor en la región amazónica. En general, los impactos tienden a ser más de calor y sequía para Latinoamérica, pero los efectos más grandes tienen a ocurrir en la ladera occidental de los Andes y las montañas que predominan en América Latina.

Fuente: BBC

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