El Metro de Quito, construido por la empresa española Acciona, trasladó a más de 25.000 pasajeros en su primer día de venta de boletos, pese a los problemas registrados en el expendio de los pasajes y a que el sistema no funcionó en su plena capacidad.
El inicio de la operación comercial del primer subterráneo de Ecuador estuvo macado por las largas filas para adquirir los pasajes, cuya espera llegó a superar la media hora, por lo que en las estaciones más concurridas algunos usuarios optaron por ingresar sin pagar.
Esta fase de la puesta en marcha del Metro de Quito comenzó sin que todavía esté instalado el sistema de recaudación, por lo que la venta de boletos se realiza de momento con el expendio temporal de códigos QR para que los pasajeros ingresen a las instalaciones.
Los responsables del Metro de Quito indicaron en un comunicado que son «conscientes de los inconvenientes», por los que se disculparon y aseguraron trabajar para mejorar el servicio de cobro.
La tarifa ha sido establecida en 45 centavos de dólar para el viaje sencillo, en 22 centavos de dólar para estudiantes hasta bachillerato y mayores de 65 años, y en 10 centavos de dólar para personas con discapacidad.
En esta primera semana de operación comercial, el Metro de Quito sólo funcionará seis horas al día, divididas en dos segmentos que coinciden con las horas pico (punta) y que van de 7:00 a 10:00 y de 16:40 a 19:30.
Tampoco está habilitadas todas las estaciones, pues solo están abiertas a públicas diez de las quince paradas que forman esta línea subterránea que recorre Quito de norte a sur.
Con un costo que supera de los 2.000 millones de dólares, el Metro de Quito comenzó a construirse hace diez años, en 2013, y cuenta con quince estaciones y una flota de dieciocho trenes que operará durante los primeros seis años un consorcio formado por la empresa Transdev y colombiana Metro de Medellín. EFE
