En dos ocasiones, a Omar Pesántez le sustrajeron los medidores de agua, en menos de tres meses, en la Villaflora, sur de Quito. Tras el segundo hecho delictivo, el vecino decidió empotrarlos con cemento para que no le vuelvan a sustraer el aparato.
“También se llevan los cables (de electricidad) y trabajamos con autogestión. Hemos instalado cámaras de seguridad, lo cual nos ha dado resultado en un 20%”, manifestó el morador.
Cuenta que no solo a él le ha ocurrido ese problema. A otros vecinos les ocurrió lo mismo. Los medidores no son los únicos elementos atractivos para la delincuencia, también las rejillas de los sumideros han desaparecido poco a poco. Solo en la calle Salcedo se llevaron cinco. Los reponen y se llevan otra vez.
A esto se suma que los robos y asaltos se dan todos los días. Los vehículos son otro atractivo para los delincuentes, que actúan a plena luz del día. Por seguridad, los vecinos instalan cámaras, alarmas y botones para autoprotegerse.
En los locales comerciales también atacan los delincuentes. Ante esa realidad, entre los vecinos han adoptado medidas para cuidarse. Se organizan para hacer frente a la inseguridad que va en crecimiento.