Elecciones presidenciales: en la línea de partida

Gonzalo Ruiz Álvarez. Quito, Ecuador.

Gonzalo Ruiz Álvarez

Quito, Ecuador

Martes y 13. Vence el plazo fatal para inscribir los binomios presidenciales y las listas de candidatos a la Asamblea Nacional en las elecciones extraordinarias precipitadas por la aplicación del artículo 148 de la Constitución, que disolvió al poder legislativo y puso fecha de caducidad al propio Gobierno de Guillermo Lasso.

Cayó asesinada la reputación de los legisladores que marcharon a su casa, con el aplauso mayoritario de la gente, según las encuestas, y suicidado el futuro político del movimiento oficialista CREO.

Las elecciones exprés como las calificó el Consejo Nacional Electoral, CNE, se aplican por primera vez en la historia. Esa fórmula inventada en Montecristi con la mayoría de ‘alzamanos’ del correísmo y santificada por el voto popular que refrendó la Constitución, es una especie de elecciones anticipadas en las que se fundamenta el parlamentarismo, pero, al decir de los expertos no son exactamente comicios anticipados ya que los períodos que habrán de cumplir los mandatarios y asambleístas que serán elegidos el 20 de agosto y el 15 de octubre en una posible segunda vuelta presidencial, completarán los del poder legislativo disuelto y el mandato presidencial de Guillermo Lasso: mayo de 2025.

Si los acuerdos políticos, alianzas y sucesos de última hora no marcan lo contrario se contaría con 8 binomios presidenciales. Alguno podría incluso ser descalificado luego si no cumple con los requisitos.

Estas elecciones atípicas cuentan en la línea de partida de la carrera de caballos – símil que hacen los consultores políticos y los expertos en encuestas – con algunas particularidades que cabe señalar.

En una campaña corta como ésta, cualquier tropezón puede ser caída mortal y cualquier acierto cuasi mágico puede elevar un candidato desde el averno del anonimato a la cumbre de la popularidad. Nunca hay que perder de vista que las elecciones son esencialmente emocionales. Lo racional queda para los estudiosos y analistas.

Antes, las campañas clásicas duraban mucho tiempo. Al menos, decían los manuales, un año y medio hasta preparar estrategias, conformar equipos de trabajo en campo, asesorías, formular planes de gobierno y trazar las tácticas de cada paso para moverse en las visitas a distintos puntos del país, organizar mítines, conferencias, charlas con grupos sociales y académicos y dedicar largas horas a atender entrevistas con la prensa local.

Previamente un entrenamiento del candidato, una preparación profunda era aspecto indispensable para evitar sorpresas y resbalones peligrosos.

En los últimos años el vértigo con el que se mueven los tiempos, ha reducido los espacios de precampaña y campaña propiamente dicha a un año, primero, y seis meses después. Pero esta campaña particular de las elecciones extraordinaria en Ecuador hará que la precampaña arranque prácticamente el 14 de junio y la campaña oficial propiamente dicha, una semana antes del silencio electoral, antes de los comicios del 20 de agosto. Todo un reto para candidatos, tiendas políticas y equipos de campaña y comunicación.

De acuerdo a distintos sondeos divulgados, en esta campaña como en ninguna otra pesarán los nombres de los candidatos más conocidos.

La experiencia de las elecciones recientes muestra que la Revolución Ciudadana (RC) parte con ventaja organizativa. Según datos publicados por el portal Primicias, las principales fuerzas en número de votos obtenidos el 5 de febrero en las elecciones seccionales son: RC; el Partido Social Cristiano, PSC; Pachakutik, PK; y Suma.

Pachakutik, que alcanzó un bloque parlamentario sin precedentes en las elecciones de 2021, hoy está partido por pugnas intestinas que derivaron en un congreso interno que terminó con actos violentos, imposiciones de votos de votantes no inscritos, cuyos resultados se hallan impugnados.

El transcurso del juicio político descuadró de su antiguo cauce ideológico al PSC, al aliarse en la Asamblea para tratar de destituir a Guillermo Lasso, con UNES (correísmo). Tras la muerte cruzada que precipitó el Presidente optó por apoyar a un candidato ‘outsider’ cuya hoja de vida pública es desconocida y su promesa principal de lucha contra la inseguridad – un clamor ciudadano – todavía es difusa.

Este sábado 10 de junio RC debe anunciar su binomio. Finalmente se hará lo que diga Rafael Correa, prófugo de la justicia, que vive en Bélgica, y el voto duro puede tener una base estable y prometedora para proyectar al binomio a segunda vuelta. Santiago Pérez, de la firma Clima Social, sostiene que oscilará entre el 20 y el 25%.

Los otros candidatos que parten con cierta ventaja son los conocidos: Otto Sonnenholzner, ex vicepresidente; Yaku Pérez, que quedó tercero en 2021 – Yaku sostiene que le hicieron fraude – y Javier Hervas, excandidato presidencial de la ID y quien habló estos días con todo el mundo antes de su posible candidatura con un movimiento poco conocido; en otro andarivel esta Fernando Villavicencio, frontal cuestionador del correísmo con sus denuncias periodísticas y parlamentarias.

Además, habría que señalar a Daniel Noboa y Bolívar Armijos, quienes ya se presentaron ante el CNE para pedir los formularios.

Las primeras mediciones que hizo la firma Click Report, mostraban algunos datos importantes – ya mencionamos el alivio que sintió la mayoría de la gente con la disolución de la Asamblea-, los liderazgos fuertes de Correa, y Nebot seguían apareciendo y la tendencia de un candidato de centro derecha con el 42,93%, un candidato de centro izquierda con 41,50 prevalecían, así como tenían fuerza el candidato que diga Correa, Yaku, Nebot( todavía se hablaba de su potencial postulación) , Otto y Villavicencio.

Finalmente, el anuncio de declinar la postulación del Presidente, hizo sucumbir la tentativa de CREO, que se desbancó de las elecciones y ni siquiera presentará listas de asambleístas. Surge el recuerdo del PUR, del presidente Durán Ballén una vez que terminó su mandato.

Lo de Leonidas Iza es curioso. Pachakutik le postula, él da un paso al costado señalando diferencias con la dirigencia actual de PK todavía no reemplazada por la bronca interna que terminó a palazos en Puyo y por una sinuosa conducta en la Asamblea donde PK se dividió hasta en tres partes.  Parecería que Iza no tiene intenciones de medirse en la cancha de la democracia representativa y que sigue optando por la calle y el ‘estallido’ proclamado en su libro, donde formula tesis radicales luego del levantamiento de octubre de 2019.

Esta elección particular, donde parten con ventaja las fuerzas más organizadas, los candidatos más conocidos y acaso el outsider adoptado por el PSC, serán diferentes. La estrategia de las visitas puerta a puerta y los recorridos no contará con tiempo. La mayor incidencia de las redes sociales jugará su papel – o acaso ya llegará al punto de saturación- y los presidenciables deberán medirse de nuevo en la presencia de los medios tradicionales de radio y televisión, tal vez la estrategia combinada arroje resultados diferentes y efectivos.

Los ejes de campaña girarán principalmente en torno a la inseguridad. Le acompañará el desempleo, las dificultades económicas, la corrupción y la crisis de salud. Quien tenga propuestas novedosas- y ojalá que honradas y poco demagógicas-, podrá dar un golpe de opinión, llegar a la segunda vuelta y acaso gobernar al menos durante un año y medio entre el desobligo general por la política y las preocupaciones ciudadanas por varias razones que copan las angustias cotidianas.

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